“El estereotipado en cuanto a género existe en las dietas; conlleva fuertes determinantes psicosociales que pueden incluso superar los determinantes biológicos y fisiológicos”. Así lo afirma Eva Almirón, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición de la Universidad de Navarra, quien intervino en las Jornadas de Actualización en Nutrición. A su juicio, es importante detectar si hay un efecto en el comportamiento alimentario de nuestro paciente de este tipo: “Son conductas a menudo sin diagnóstico clínico pero que un nutricionista debe tener en cuenta”.

 Durante su conferencia, bajo el título “Comportamiento alimentario en la mujer”, habló de las preferencias alimentarias y el control de la ración, en hombres y mujeres, temas que se investigan en el Centro de Investigación en Nutrición. Existen razones fisiológicas que explican estas diferencias, y en las que se basan los requerimientos nutricionales por sexo, por ejemplo el peso (como indicador del porcentaje de masa muscular), edad y actividad física. Otras diferencias se detectan en las preferencias gustativas. En este sentido, señaló que “las mujeres en general perciben los gustos de forma más intensa, por ejemplo, el gusto amargo. Asimismo, las mujeres suelen preferir las combinaciones de azúcar y grasa, frente a las de proteína y grasa, que son preferidas por los hombres”.

Sin embargo, también se refirió a conductas, de origen psicosocial, que difieren entre hombres y mujeres. Por ejemplo, respecto a la restricción alimentaria (el control de lo que se come), la desinhibición (comer sin control) y la susceptibilidad al hambre (comer más por estímulos visuales o sensoriales). “En un estudio con voluntarios realizado en la Universidad de Navarra se comprobó que estas conductas eran más patentes en mujeres y especialmente en mujeres con obesidad. Por otro lado, la velocidad de ingesta y la cantidad de lo que se carga en el tenedor también es diferente y suele ser mayor en el caso de hombres”, explicó.

Microbiota, embarazo y lactancia

La doctora Eva Almirón participó en una mesa redonda junto a la dietista-nutricionista María Marqués, y al doctor Fermín Milagro, también investigador del Centro de Investigación en Nutrición de la Universidad de Navarra. María Marqués habló de las “Claves para una nutrición óptima en mujeres lactantes vegetarianas y veganas". “Son mujeres en periodo vulnerable. El postparto es una época de muchos cambios y las mujeres dudan de su capacidad de amamantar y criar. Los profesionales de la nutrición tenemos que estar actualizados y ser sensibles a este tema”.

Según recordó, la alimentación vegetariana y vegana está en auge: “1 de cada 10 mujeres, entre ellas madres y lactantes, opta por esta alimentación, y hay que tener especial cuidado con sus dietas”. Sin embargo, señaló que para una lactancia exitosa de una mujer lactante vegetariana y vegana, la alimentación y la suplementación es importante, pero “es un punto más del autocuidado de la mujer, junto con el ejercicio y el descanso, y sobre todo, generar autoconfianza”.

Por último, Fermín Milagro disertó sobre “Microbiota y salud en la mujer”. “Cada vez hay más evidencia de que algunas patologías tienen que ver con la microbiota, que es un factor causal de enfermedad y afecta también al estado de ánimo”. El sexo, explicó, es uno de los factores más importantes, junto con la edad, la dieta, el estrés y la toma de antibióticos, en la composición de la microbiota. “Tiene que ver con nuestras propias condiciones fisiológicas (ciclos hormonales, estado de ánimo…)”, subrayó.

En este sentido, se refirió a la importancia de la microbiota intestinal en el embarazo y la lactancia. “La composición de la microbiota de la madre influye en el desarrollo de la microbiota del niño. Se cree que hay una transferencia de microorganismos a través de la placenta durante el embarazo, y también a través de la leche durante la lactancia”, destacó.