“Se le puede considerar un príncipe manierista”. Así ha presentado Josefina Planas, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Lleida, a Jean de Berry, en el ciclo de conferencias Francisco Calvo Serraller, organizado en la Universidad de Navarra por la Fundación Amigos del Museo del Prado y la Facultad de Filosofía y Letras. En el teatro del Museo Universidad de Navarra, los asistentes se han adentrado, a través de sus explicaciones, en la corte del príncipe y sus artistas.

Salas ha explicado cómo Jean de Berry encargó “los libros de horas, cada uno de ellos, a cuál más fastuoso y más ricamente iluminado”. Con sus puntos de libros de perlas, los verdes elaborados con malaquita y cierres de plata, en esta colección de manuscritos “importaba mucho más su imagen que su contenido devocional”. Como ha contado la experta, los manuscritos de las horas fueron encargados a tres adolescentes: los hermanos Limbourg. Su trato con el duque era tan familiar que incluso le gastaron una broma: “Le regalaron un códice falso que tenía las cubiertas de terciopelo, cierres de plata y esmalte, pero dentro no había ningún tipo de folio”. Comerciantes y artistas de alto nivel elaboraron las horas, de las cuales destaca el último libro: Las muy ricas horas del duque de Berry.

“En el códice se crearon imágenes de calendario, escenas idealizadas que corresponden a las escenas del año con una lectura iconográfica”, ha señalado. La catedrática también ha puntualizado que “no son únicamente escenas costumbristas, sino que reproducen acontecimientos relevantes para el monarca”. Salas lo ha ejemplificado con el enlace matrimonial de la hija del duque en abril y agosto, al igual que críticas burdas al mundo campesino en febrero. En este mismo mes, “también se refleja una de las imágenes mejor conseguidas: una nevada que tenía pocos precedentes en la historia del arte”. 

Por otro lado, la ponente ha señalado detalles como la cantidad de mujeres vestidas de gris, “entonces el color de la esperanza”. Ahondando en los detalles, hay una particularidad que no se percibe a primera vista: en el mes de enero están camuflados un oso y un cisne “cuya interpretación en francés, ours y cygne, se combinan en Oursine, nombre de su amante”, cuenta Salas. En la conclusión del libro, el hombre astrológico unía partes del cuerpo humano con la influencia de las estrellas, que “abre vía directa al naturalismo”.

Sin embargo, el códice fue interrumpido junto a las vidas de los hermanos Limbourg y del duque de Berry en 1416. “La Guerra de los 100 años fue nefasta para él. Se dice que sus consecuencias tan negativas amargaron sus últimos días”. Aunque muchas de las posesiones de Jean de Berry desaparecieron, “las podemos rememorar a través de la reproducción de Las muy ricas horas”, ha explicado la profesora. A día de hoy y gracias a diversas investigaciones, se sabe que intervinieron más maestros. Como ha explicado, tiempo más tarde, los duques de Saboya compraron el códice inacabado en Génova. “Estaba simplemente como cuadernos sueltos; ni siquiera como un volumen”. Hoy día, se encuentra en Chantilly y es imposible consultarlo en persona, ha contado la experta, afirmando que “a pesar de ser uno de los manuscritos más estudiados, aún existen interrogantes sobre él”.

Organizado por la Fundación Amigos del Museo del Prado y Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, el ciclo de conferencias continuará en los miércoles sucesivos hasta el próximo 14 de febrero. Con Viscofan como patrocinador y la colaboración de la Fundación Diario de Navarra y el Museo de la Universidad de Navarra, acogerá a expertos especializados en el arte Gótico. Las entradas se pueden comprar en la página web del museo y en taquilla.