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El decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra ha nombrado a la primera junta directiva del Museo de Ciencias Naturales, con el objetivo de impulsar sus actividades y continuar avanzando en este proyecto.

Los miembros de la junta directiva, que compatibilizarán este trabajo con las actividades que actualmente realizan en la Universidad, son los siguientes:

• Ignacio López-Goñi: director del Museo.

• Arturo Ariño: director científico.

• David Galicia: responsable de colecciones.

• Marta Revuelta: responsable de actividades.

• Laura Juampérez: responsable de comunicación.

• Miguel Vallinas: responsable de fundraising.

La vicerrectora de profesorado, María Iraburu, nos da algunas claves sobre esta iniciativa, que forma parte del plan estratégico de la Universidad.

¿Por qué el Museo de Ciencias Naturales? ¿Por qué ahora?
El Museo de Ciencias Naturales es uno de los proyectos del Horizonte 2020, entre los que se encuentra también el campus de Madrid, junto con otros planes que aspiran a mejorar la docencia y la investigación. Dentro de ese plan, el museo viene a dar respuesta a dos necesidades.

Una, muy básica: desde hace años existe un problema real de espacio en el área de Ciencias, donde las facultades de Medicina, Enfermería, Ciencias, y Farmacia y Nutrición comparten espacios y recursos. Probablemente, alrededor del 45% de la actividad de la Universidad se desarrolla en esta zona del campus. Una de las razones para impulsar en este momento el Museo de Ciencias Naturales es buscar una solución que contribuya simultáneamente a aliviar el problema de espacio en esta zona.

La segunda no se refiere al edificio, sino a la actividad. A lo largo de los años, gracias a la donación de diferentes colecciones, sobre todo la de Lekaroz, una institución muy querida por los navarros, y al trabajo de los departamentos implicados, se ha generado una colección de ciencias naturales de gran valor. Actualmente, parte de las colecciones del museo se exponen en los pasillos del Hexágono, una solución provisional que se prolonga demasiado. Pensamos que la colección puede ser la base de actividades de docencia, investigación y divulgación que contribuyan a fomentar la sensibilidad y responsabilidad medioambiental, no sólo en los alumnos de Ciencias, sino en toda la comunidad universitaria. Sería, además, una gran contribución a la ciudad y a la comunidad.

Para llegar a tener un edificio que solucione las necesidades del área de Ciencias y acoja este proyecto, será necesario antes conseguir donaciones. Pero la idea es no esperar a tenerlo para potenciar las actividades del Museo, que se irán desarrollando en los próximos años.