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Una mirada al pasado como salida profesional en el futuro

Estudiantes del grado en Historia y del Diploma en Arqueología comparten su experiencia de prácticas en distintos yacimientos


FotoCedidas/Javier, en el yacimiento romano de Tusculum (Italia); Carmen, en la ciudad romana de Idanha-a-Velha (Portugal); y Yarima, en el yacimiento de Lixus (Marruecos).

28 | 07 | 2022

Son muchos los alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras que aprovechan el verano para poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula durante el curso. Es el caso de Javier Martínez SarasateCarmen Gómez Margarito y Yarima Miranda, estudiantes del grado en Historia y del Diploma en Arqueología, que durante las últimas semanas han realizado prácticas en yacimientos de Italia, Portugal y Marruecos, respectivamente.

Javier Martínez Sarasate, de cuarto curso, viajó el pasado mes de junio hasta Italia para excavar en el yacimiento romano de Tusculum, una importante ciudad latina situada en los montes Albanos, en la antigua región del Latium. “Haber podido vivir esta experiencia en el extranjero y más en concreto en Italia, por su importancia histórica, ha sido una gran alegría”, asegura. Durante un mes, nuestro alumno ha participado en la XXV campaña de excavaciones del yacimiento, con el objetivo de contribuir a conocer un poco mejor la vida de esta ciudad romana. “Hemos trabajado en dos sectores donde hemos desempeñado distintas labores, de acuerdo a las circunstancias de cada día: picar, palear y cribar la tierra, documentar los hallazgos, dibujar y fotografiar”, explica. Cuestiones cuya teoría ha podido estudiar en clase y que esta experiencia le ha permitido poner en práctica con un mayor conocimiento: “A pesar de que la Arqueología es una ciencia eminentemente práctica, es necesario conocer bien la teoría. Gracias a las clases, uno sabe los métodos que se emplean actualmente en esta disciplina, cómo se ha ido desarrollando, etc”.

Javier asegura que esta experiencia no solo ha sido muy enriquecedora a nivel profesional, “pues he podido profundizar más en los conocimientos adquiridos durante el curso y he aprendido cómo se debe trabajar en un yacimiento de otro país, pues la legislación con respecto al patrimonio cambia según la zona”, sino también personalmente: “He coincidido con personas maravillosas. En la excavación había italianos y españoles, de latitudes distintas, pero con una misma pasión: la historia y la arqueología. Ha sido genial”. Por todo ello, no duda en recomendar a otros compañeros la posibilidad de dedicar el verano a hacer prácticas. “Es cierto que tras el año académico hay que descansar, porque nos lo merecemos, pero hacer prácticas es una buena forma de desconectar, además de aprovechar para hacer algo que te gusta y descubrir si quieres dedicarte profesionalmente a ello”.

De la misma opinión es Carmen Gómez Margarito, que este curso comenzará su segundo año de carrera. “Un arqueólogo sin experiencia de campo no puede considerarse arqueólogo. Uno puede estudiar y saber muchísimo sobre arqueología, pero es fundamental que sea capaz de llevar a cabo las labores de interpretación y diferenciación de material o estructuras, entendiendo el contexto que te aporta el estudio. La teoría y la práctica se complementan mutuamente. No hay que tener miedo de salir de la zona de confort”.

Carmen ha tenido oportunidad de realizar prácticas durante dos semanas en la ciudad romana de Idanha-a-Velha, en Portugal, en el marco del proyecto Igaedis que dirigen desde la Universidade de Coimbra. “Haber podido excavar en una ciudad romana como esta, viajar a otro país y trabajar junto a la Universidad de Coimbra ha supuesto una recompensa del curso”, asegura. En este tiempo, ha aprendido a desarrollar labores arqueológicas, a interpretar las ruinas y a elaborar informes, entre otras cuestiones. Cuenta que, pese a haber estudiado solo un curso de Historia y Arqueología, todo lo aprendido este año ha podido aplicarlo al campo de trabajo: “La teoría adquirida ayuda a llevar a cabo un trabajo más profesional. Ahora no solo veo cosas, sino que veo y comprendo qué pasó en aquel lugar hace tantos años y cómo”.

La emoción de las primeras excavaciones la vivió Yarima Miranda hace ya unos años, cuando empezó sus estudios de Historia y Arqueología. Este año pasará a cuarto curso y con el mundo profesional cada vez más cerca, este verano tampoco ha querido dejar pasar la oportunidad de excavar en un yacimiento. En su caso, en la ciudad romana de Lixus (Marruecos). Afirma que esta experiencia “es un sueño hecho realidad, pues excavar en un lugar así supone un privilegio que no está al alcance de cualquiera”. Una oportunidad que agradece al profesor Javier Andreu, director del Diploma en Arqueología, y a la Universidad, “por las facilidades a la hora de gestionar prácticas, formarnos y prepararnos para el futuro”.

Durante el mes de julio, Yarima también ha podido poner en práctica la teoría estudiada en este tiempo y las destrezas adquiridas en el Laboratorio de Arqueología, “además de aprender cada día cosas nuevas”: limpieza de los materiales hallados, clasificación, realización de inventario, numeración de piezas, recogida de cotas, toma de imágenes con drones o fotogrametría son algunas de las labores que ha desempeñado. “Como siempre, en una campaña, también aprendes a convivir con tus compañeros, a trabajar con ellos y a conocer otras formas de trabajar. En este caso, además, he tenido la oportunidad de conocer otra cultura”, añade.

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