El proyecto Preaddiction ha celebrado la tercera y última mesa redonda prevista para este año, dentro de su calendario de actividades. En esta ocasión, se habló de las adicciones que no están provocadas por el consumo de sustancias. Enrique Aubá, psiquiatra de la Clínica Universidad de Navarra, y Blanca Martínez, psicóloga de la asociación ANTOX, fueron los encargados de dar las claves a los asistentes.

“Con la irrupción de las tecnologías, se han presentado nuevas adicciones que afectan a los comportamientos de las personas” indicó Martínez, “como el juego de azar, los videojuegos o las compras, entre otros”. Añadió que es necesario identificarlas detectando una serie de factores: “la pérdida de control, la dependencia psicológica, la pérdida de interés y si esto produce una interferencia grave en la vida cotidiana son elementos claves”.

Por su parte, Aubá hizo hincapié en el hecho de que “el hecho de que no exista un trastorno adictivo, no quiere decir que no sea perjudicial para la persona, porque, si un adolescente dedica muchas horas a jugar con videojuegos, aunque saque buenas notas, no deja de ser algo negativo para él”. A este respecto, afirmó que el juego, en sí, es una conducta “que da placer, porque lo tenemos desde pequeños y está presente toda nuestra vida” porque “cuando pretendemos ser eficientes nos presionamos con conductas perfeccionistas. Entonces necesitamos entretenimiento y es ahí donde podemos engancharnos”.

También se habló del sexo, como una adicción “todavía no reconocida en muchos sitios”, según afirmó el psiquiatra, “estamos viendo un trastorno del comportamiento sexual adictivo, y el sexo no es tan esencial para la identidad de la persona”. En este punto, aclaró que “comer o comprar son acciones que sí son necesarias para vivir, aunque pueden degenerar en adicciones. Mientras que el sexo no lo es”.

Uso de smartphones

Uno de los temas que salieron en el debate con los alumnos fue la utilización de los teléfonos móviles. Martínez indicaba que es necesario trabajar la prevención: “exponer a los niños a las pantallas a edades muy tempranas no es lo más conveniente, porque genera problemas de concentración”. En este punto, Aubá indicó que la utilización de los móviles, en muchas ocasiones “es una vehiculización a otras adicciones, como a las compras, las redes sociales o la pornografía”.