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“La globalización ha disminuido la pobreza de manera espectacular en los países subdesarrollados, pero ha precarizado los salarios en Occidente”, afirmó en la Universidad de Navarra Rafael Arias-Salgado. El presidente de la Fundación Carrefour y exministro impartió una clase magistral a los alumnos del programa Leadership and Governance de la Facultad de Económicas.

El empresario señaló la globalización y la digitalización de los procesos productivos como coordenadas en las que se inserta la actual crisis financiera. En primer lugar, expuso que la integración de los mercados nacionales –tanto de bienes y servicios como de capitales– en otro de carácter mundial supone un cambio que afecta a todas las instancias de la sociedad.

“La globalización es un proceso fáctico, que avanza sin reglas y es asimétrico, pues los países tienen diferentes grados de liberalización”, explicó Arias-Salgado. Asimismo, aclaró, esta resuelve la desigualdad y favorece la distribución de la riqueza: ahora mismo el 50% del PIB mundial corresponde a estados que hace una década eran subdesarrollados, como China, India, Brasil, México o Indonesia.

Respecto a la digitalización de los procesos productivos, indicó que crea empresas más competitivas e incrementa la conectividad al mismo tiempo que “requiere una mano de obra más especializada, y a corto plazo destruye rápido puestos de trabajo”. Arias-Salgado advirtió que, como consecuencia de esto, la sociedad de bienestar podría hacerse frágil. Una coyuntura parecida tuvo lugar con la crisis de 1929. Sin embargo, a diferencia de aquella, “la de ahora nos pilla en un momento donde los problemas individuales están resueltos en mayor o menor medida”.

Ello no ha impedido la emergencia de los populismos en las sociedades desarrolladas del siglo XXI. Así, en el coloquio con los alumnos de Governance, entre las posibles soluciones el experto concluyó: “Hay que recuperar el impulso que la Unión Europea ha construido durante 60 años. La Eurozona puede dar un gran paso adelante con la mutualización de la deuda, si Alemania y los demás países ‘ricos’ piensan en el interés de todos”.