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"Todo el mundo necesita recibir educación religiosa para poder vivir en una sociedad compleja como la actual"

James Conroy, profesor de Educación religiosa y filosófica de la Universidad de Glasgow, abogó en un congreso del ICS por la financiación de la educación religiosa por parte del Estado

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FOTO: Macarena Izquierdo
14/03/16 12:23 Macarena Izquierdo

James Conroy es vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) y profesor de Educación religiosa y filosófica. En el campus británico también ha desempeñado los cargos de decano de la Facultad de Educación y director del Departamento de Educación Religiosa. Actualmente es investigador visitante en la Universidad de Oxford.

Asimismo, ha sido presidente de la Asociación de Educación Moral y en la actualidad preside la Sociedad de Filosofía de la Educación de Gran Bretaña. En 2011 fue elegido miembro de su Academia de Ciencias Sociales. Es autor de más de 100 papers y ensayos y de tres monografías, la más reciente de las cuales fue premiada en 2014 por la Sociedad para Estudios de la Educación.

El profesor Conroy fue uno de los ponentes principales del congreso internacional ‘Las religiones abrahámicas y las relaciones interreligiosas en el pasado y el presente', organizado por el proyecto ‘Religión y sociedad civil' del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra.

Vivimos en un mundo globalizado y muy complejo, ¿podemos decir que la educación religiosa es, ahora más que nunca, muy importante?

Creo que la educación religiosa siempre ha sido importante. La gente debe conocer la cultura y las tradiciones de las que emergemos. Lo más destacable es que, en un mundo global con capital, dinero, recursos o personas moviéndose, la idea de una mayor habilidad para el entendimiento mutuo parece ser enormemente problemática.

Una de las grandes dificultades de la educación religiosa en Europa es que no se consigue la correcta alfabetización religiosa de los ciudadanos. El Viejo Continente está más concienciado con la práctica ritual de la religión y con las obsesiones éticas de la modernidad que con entender por qué la gente es religiosa y cuáles son los reclamos que la religión hace a las personas y que tratan de responder en sus vidas y en sus prácticas.

¿Cómo puede la religión promover el entendimiento mutuo entre religiones?

La educación debe hacer lo que se espera de ella: educar a la gente. Cuando en la educación se confunde el conocimiento con el afecto o los sentimientos, entonces la educación sufre. Y cuando esto ocurre, la persona sufre.

La educación en y sobre religión permite a la persona entender más profundamente los postulados de religión: los teológicos, los éticos, aquellos con un significado determinado que tienen su origen en la comprensión profunda de la esperanza humana, de las aspiraciones, del miedo, de la pasión… La propia educación debe dirigir todas estas cosas y, probablemente, puede ayudar a vivir mejor en un mundo muy cambiante y globalizado.

¿Cuál es el mejor modelo de educación para promover el entendimiento mutuo entre religiones y el diálogo interreligioso?

Existen muchas maneras de hacerlo. Indudablemente, una de ellas es poner a las personas de diferentes religiones en contacto entre sí. Por ello, proporcionar facilidades o programas que mantengan a la gente en un continuo contacto con los otros es una buena manera de promover el entendimiento.

Educar a la persona para entender al otro ayuda, pero lo más importante es educarla primero para entenderse a sí misma, a su propia tradición religiosa y a su relación psicológica con esa tradición porque es la base sobre la que se construye todo lo demás.

¿Podría sintetizar las ideas principales o conclusiones de su monografía "Does religious education work"?

Esta monografía es fruto de una investigación etnográfica de tres años sobre la práctica de la educación religiosa que realizamos en 24 colegios de Reino Unido.  Realizando este estudio, encontramos varias cosas interesantes. En primer lugar, existe la creencia de que la educación religiosa debe contener muchas obligaciones educacionales, desde educación sexual hasta educación moral o ciudadana. Además, descubrimos que algunos libros de texto y materiales para estudiantes no tienen suficiente sustento, están a menudo mal escritos o se utilizan mal en los colegios. En tercer lugar, el sistema de examinación empleado no desarrolla conocimientos muy sofisticados de religión y, con frecuencia, los profesores están mal preparados y confusos en cuanto a lo que se espera que hagan.

También llama la atención el alto grado de confusión entre los sentimientos de la gente y sus creencias y conocimientos. El conocimiento está normalmente revestido por mis propios sentimientos, y es un gran problema porque si siento que algo es verdad, es que eso debe ser verdad.

Esos serían los cinco puntos principales que podemos extraer del estudio, pero hay uno más: la educación religiosa muchas veces no se toma seriamente la teología, ya sea del cristianismo, judaísmo o el islam. Los estudiantes no se enfrentan a la pregunta de por qué la gente cree en estas cosas, cómo la gente ve estas cosas, y cómo formulan estas creencias.

¿La educación religiosa es también importante para los no creyentes?

Absolutamente. Creo que todos los seres humanos en una sociedad democráticamente liberal tienen que ser capaces de entender, participar y vivir con gente muy diferente en lo cultural, lo religioso, lo social…

Una buena educación religiosa es aquella que produce una buena alfabetización religiosa y que está preparada para todos. Esta alfabetización no fuerza a creer en algo, sino que ayuda a entender la gramática de la religión, la geografía, la topografía, la manera en la que la religión trae cultura a las sociedades. Incluso para una persona no creyente, no entender esto provoca un profundo vacío en su educación.

La financiación de la región por el Estado es un debate permanente. ¿Qué argumentos se pueden utilizar en favor de este soporte?

Lo primero que hay que dejar claro es que, normalmente, la educación religiosa está mal financiada por parte del Estado. Otro de los datos sorprendentes que descubrimos gracias a nuestro estudio es que los colegios emplean menos de 50 céntimos de euros al año por estudiante en educación religiosa. Por lo que se puede decir que el Estado no gasta mucho en educación religiosa.

El dilema es si se trata de una obligación del Estado o no. Yo creo que sí. En los sistemas de educación financiados por el Estado, el trabajo de este es financiar una educación para todos. Si parte de la educación es mantener a la gente religiosamente alfabetizada, que es distinto de convertirlos en creyentes, entonces el Estado tiene que financiarlo.

El Estado debe financiar la educación religiosa: el principal motivo es que todo el mundo necesita educación religiosa para poder vivir en una sociedad compleja como la actual. 

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