“Si algo ha reforzado la pandemia es la necesidad de acometer una refoma integral y a fondo del reglamento parlamentario”.  Letrado de las Cortes Generales y consultor internacional sobre temas de Derecho Público, Ignacio Astarloa inauguró las XXI Jornadas del Aula de Derecho Parlamentario, organizadas por la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, en colaboración con el Parlamento de Navarra. 

Con el título, La institución parlamentaria en un tiempo inquietante, Ignacio Astarloa aclaró a los asistentes que los problemas en el funcionamiento de las Cortes Generales no son nuevos ni los ha generado la pandemia por Covid 19 pero sí los ha acentuado. “La pandemia ha entornado el Parlamento hasta cerrarlo y convertir al poder ejecutivo en protagónico y ómnimodo”, comentó. “El articulo 116 -que regula el estado de alarma- no habla de cerrar las Cortes, sino al contrario, habla del papel especial que debe jugar el Parlamento para controlar el poder del Ejecutivo en una situación extraordinaria”. 

Astarloa recordó que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional la declaración de los dos estados de alarma y que la interpretación que se ha realizado de esta medida “ha disminuido hasta extremos nada razonables el papel que debe desempeñar el Parlamento, que se ha convertido en un acompañamiento secundario y subordinado a los decretos del Gobierno”.

 Ignacio Astarloa lamentó otras cuestiones que ponen de manifiesto la necesidad de reformas en la institución: el mal funcionamiento del voto telemático -cuando se vota antes incluso de debatir la ley; el predominio del interés particular de los actores, con el abuso de las mayorías o el filibusterismo de las minorías, el predominio de la cantidad frente a la calidad y la escasez de medios. Astarloa señaló también el recurso a gobernar mediante decreto-ley en lugar de redactar leyes y pidió un debate más sosegado y con más tiempo para los textos normativos: “Las leyes no se hacen en una semana”, dijo. También destacó la ‘partitocracia’ que impera hoy en el Parlamento: “El protagonismo no lo tienen las personas, sino los partidos políticos; no lo tienen los diputados, sino los grupos parlamentarios”. Y lamentó el descrédito que, a su juicio, está viviendo la institución. “El Parlamento se ha convertido en escenario de la degradación de los modos, del lenguaje, del informalismo y de la pérdida de respeto ante otros poderes del Estado”.

Los valores del Parlamento

Astarloa recordó que en 2015, el tradicional bipartidismo desaparece. Nos encontramos hoy con un Parlamento fragmentado donde no se han acometido las reformas que prometieron entonces, añadió. “Al contrario, los profesores de Derecho hemos visto aplicarse artículos de la Constitución que todos veíamos como extraordinarios: una moción de censura, la repetición de elecciones generales, la declaración del estado de alarma..,etc”.

Pese a esta enumeración de los problemas o debilidades que aquejan a las Cortes, Astarloa también ha querido dejar claro que “cualquier tiempo pasado no fue mejor”. Ha hablado del sufragio universal, una oposición que forma parte del sistema, la supresión de las cámaras aristocráticas, la frecuencia regular de las sesiones en sede parlamentaria y el control y dominio del orden del día. Y dejó claro, sin Parlamento no hay democracia representativa. “Los valores que el Parlamento encarna en una democracia participativa son abrumadores”, afirmó. “Tenemos que trabajar para evitar que se asienten cuestiones ingratas que la pandemia ha acentuado. Recuperemos lo que se hizo en el 78. Se aprobó la Constitución y entonces se dijo: ‘Hemos puesto por fin al Parlamento en su sitio, para que haga las leyes que le interesan al pueblo”. 

La primera sesión de las jornadas del Aula de Derecho Parlamentario continuó con una mesa redonda en la que participaron los profesores María Salvador (UNED) y Rafael Rubio (Universidad Complutense de Madrid) que analizaron las nuevas formas de debate en el siglo XXI y especialmente el papel que deben desempeñar los partidos políticos.  “Los partidos políticos son los principales actores del sistema democrático”, valoró la profesora Salvador. “Pero no solo hay que reconocerles su libertad sino que hay que aprobar leyes que establezcan mecanismos de garantías”.  Rafael Rubio destacó la intermediación que deben realizar los partidos entre la sociedad y el poder.  En este sentido, señaló que deben ser flexibles y adaptarse a las circunstancias sociales.