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COP 30: Deberes hechos y tareas pendientes

18/11/2025

Publicado en

Expansión

Beatriz Lara, Ana Buitrago, Paloma Grau, Purificación Pujol, Teresa Sádaba, Alberto Horcajo, Baldomero Navalón y Senén Ferreiro. |

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Miembros de la Junta Directiva de 'Chapter Zero Spain', del que la Universidad es la institución anfitriona, administradora del "currículum global" de la 'Climate Governance Initiative' en España.

La cita anual de la COP, la reunión de los Gobiernos para revisar el estado del clima en la Tierra, promovida por Naciones Unidas (IPCC, en sus siglas en inglés) es la mejor ocasión para que la opinión pública pueda conocer los logros y las ambiciones de los Estados para responder a los efectos del calentamiento global. Este itinerario se inició hace más de cincuenta años en una conferencia en Estocolmo y tomó un nuevo impulso hace 10 años en París, en una coyuntura geopolítica muy diferente a la actual. Hoy La Unión Europea, la región con mayor ambición en la materia, está a medio camino de su objetivo de descarbonización en 2050. 

Hasta el año pasado, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se habían reducido cerca de un 37% en relación con la referencia de 1990. Por delante quedan hitos intermedios clave: el del 55% en 2030, un mínimo del 66% en 2035 y el 90% en 2040, todo ello según la última actualización de nuestra contribución nacional que forma parte de la única y conjunta de la UE en el concierto de la COP.

Como en toda carrera de larga distancia, a medida que avanzamos notamos más el cansancio y vamos perdiendo impulso. Conviene introducir una nota de optimismo. La sociedad europea y sus gobiernos han realizado enormes contribuciones, en los ámbitos normativos, financieros y de información, a la mayor eficiencia energética, a la electrificación de sectores, actividades y procesos industriales tradicionalmente asociados al consumo de combustibles fósiles y a la reconfiguración de la oferta de electricidad a favor de las fuentes renovables. 

No obstante, quedan por delante desafíos notables en la descarbonización de las fuentes de calor industrial, especialmente a altísimas temperaturas (siderurgia, tratamiento de áridos para la fabricación del cemento), y la necesidad de avanzar en la combinación o hibridación de las energías hidráulica, fotovoltaica y eólica, junto a una inversión masiva en almacenamiento asociado. También supone un reto el desarrollo de una extensa red de puntos recarga para vehículos eléctricos basada en redes eléctricas de distribución más potentes y capilares. Afortunadamente, la gran transformación de nuestros hábitos personales de consumo de energía y la gestión empresarial e institucional del mismo, como factor determinante de nuestra prosperidad y competitividad, está evolucionando rápidamente de año en año de forma más eficiente y sostenible. 

Desde Chapter Zero Spain, iniciativa del Foro Económico Mundial para una gobernanza climática estratégica, estamos siendo testigos privilegiados de estos avances y de los esfuerzos de los poderes públicos y de las empresas para avanzar en un discernimiento basado en la ciencia y en una actuación guiada por la justicia intergeneracional. Con el apoyo de nuestra institución anfitriona, la Universidad de Navarra, estamos trabajando para contribuir en un debate que sigue requiriendo la atención de todos.

El futuro depende de que la innovación haga viables las nuevas formas de producir y consumir la energía más allá de la disponibilidad asequible de los combustibles fósiles, como anticipa el último informe de la Agencia Mundial de la Energía. Es crucial que las empresas obtengan rendimientos atractivos en sus inversiones para la descarbonización y que los servicios al menos parcialmente disociados de las emisiones de GEI, para que el amplio panorama del sector financiero, público-privado, disponga los instrumentos de crédito y aseguramiento que exigen la reducción de los costes de capital empresariales y la cobertura de riesgos propios de una transición energética despejada y equitativa. 

La cualificación de los gestores, el diseño de esquemas de incentivos y penalizaciones adecuados asociados al avance en la descarbonización -paradigmas del buen gobierno de las instituciones-, la corrección de las distorsiones tributarias y de los regímenes de ayudas de las administraciones para el mejor empleo de los fondos públicos y, en última instancia, la reivindicación colectiva del medio ambiente que hemos recibido y debemos custodiar —como expuso lúcidamente el Papa Francisco en su encíclica "Laudato Si'"— seguirán guiando los pasos, a veces torpes, entre imágenes y sombras, de la humanidad hacia las metas climáticas objeto de los debates amazónicos de la COP 30 en Brasil.