Las pequeñas y medianas empresas suponen el 80% del tejido industrial español y en Catalunya son la base fundamental de la actividad económica (el 99% de las empresas son pymes, generan el 74% de los puestos de trabajo y aportan el 65% del PIB privado). El pasado año cerraron en Catalunya 6.000 pymes y otras 1.933 llevaron a cabo procesos concursales. El paro en España ha superado los cuatro millones de trabajadores. Sólo un vigoroso resurgir del tejido de las pymes podría enderezar el rumbo de la economía, que, en caso contrario, se dirigirá a una catástrofe, pero las autoridades económicas se muestran incapaces de adoptar las reformas que las pymes necesitan y solicitan imperiosamente.

La situación de ahogo financiero continúa, al no mejorar las dificultades que plantean bancos y cajas para obtener créditos. Sólo el 14% de las pymes necesita el dinero para la inversión productiva, ya que el 86% lo requiere para atender el día a día. Si no hay inversión en las pymes, no hay empleo ni consumo.

La morosidad es la segunda gran preocupación. El sector público está pagando a 157 días (media europea, 62) y el privado a 101 días (media europea, 53). Según la directiva europea, el plazo normal de cobro debería ser de 30 días. La ley española habla de libertad de pacto entre las partes y de que, sin acuerdo, serán 30 días y, excepcionalmente, 60. Se ha creado una Plataforma Multisectorial contra la Morosidad, con grandes movilizaciones en Madrid a finales del 2009, pero no logra mejorar la situación. Así, aumentan los problemas de tesorería de las pymes y su endeudamiento con entidades bancarias y, en último término, se llega a lo que ya no tiene remedio: el cierre de actividad.

Más allá de la falta de financiación y de la morosidad, las pymes observan cómo tampoco avanza el diálogo social, ni las reformas necesarias en materia laboral, internacionalización, innovación, sector energético y formación. Creen que la subida del IVA frenará el consumo. Piden al Gobierno que no demore las reformas estructurales que necesita la economía española, "sin esperar que Europa tire del país", según el presidente de Pimec, Josep González, quien añade: "Parece que hay más preocupación en el Gobierno por evitar una huelga general que por superar la crisis, y así no vamos a ningún sitio".