El pasado viernes 26 de mayo la Facultad de Enfermería celebro la graduación de la XI Promoción del Grado en Enfermería, y la LXIII de la Facultad. Un total de 131 estudiantes participaron en el acto, junto a sus familias y el claustro de la Facultad.

En primer lugar, tomó la palabra la madrina de la promoción, Hildegart González. En su discurso, la también profesora de Sociología, quiso centrarse en la competencia política enfermera, entendida como “la suma de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a las enfermeras participar con eficacia en los espacios de decisión donde se debaten y acuerdan cuestiones que afectan directa o indirectamente a los cuidados en salud que la sociedad precisa y de los que las enfermeras son garantes por ser estos cuidados sanitarios la columna vertebral, la razón de ser su profesión”. Las razones que llevan a González a invitar a los ya enfermeros a potenciar esta competencia es porque “es un facilitador para que el conocimiento y la voz enfermera sean tenidas en cuenta en todos los espacios de decisión donde se acuerdan cuestiones que afectan al cuidado sanitario de los pacientes, familias y comunidades”.

Tras el acto de entrega de los diplomas, los delegados de la promoción, Victoria López de Bleda y Alexander Purnell, procedieron a dirigirse a sus compañeros en un discurso muy inspirador: “Nos hemos graduado en la mejor Universidad del mundo. Somos muy afortunados”. Ambos aludieron a hechos concretos que comenzarán a experimentar a partir de ahora, como que “lo único que tenemos garantizado en la vida es el dolor y la muerte. Y aunque esto es así, tenemos la certeza de que siempre podemos acompañar y aliviar hasta el último instante. Porque no existe ningún mal que no tenga consuelo en cada gesto y en cada palabra”. Puedes ver el discurso completo aquí.

En último lugar, la decana de la Facultad, Mercedes Pérez Diez del Corral, clausuró el acto con varios consejos a los estudiantes: “Tenéis que estar persuadidos de que procurar el bien de muchos es un aliciente más poderoso que buscar el bien de uno mismo, y mantiene el espíritu sereno, joven y combativo, un espíritu inasequible al desánimo paralizante o al conformismo mediocre”. Pérez hizo especial hincapié en la necesidad de humanizar los cuidados: “En casi todos los foros que tratan sobre salud, se habla, entre otras cosas, de la necesidad de humanizar la sanidad, de humanizar los cuidados. Todos estamos de acuerdo. Los hospitales, los centros de salud, toda la atención sanitaria pide a gritos más humanidad, más atención y respeto, un cuidado, una cura más centrada en la persona”. Y concluyó: “No olvidéis vuestras raíces vuestro origen, de vez en cuando volved la mirada atrás. Ya sois parte de la Universidad de Navarra de la que decía su fundador: ‘debe ser un foco, cada vez más vivo, de libertad cívica, de preparación intelectual, de emulación profesional, y un lugar donde se forme a los estudiantes en una mentalidad de servicio; servicio a la sociedad, promoviendo el bien común con su trabajo profesional y con su actuación cívica’”.