2016-01-25-noticia-FYL-martorell

El periodista Manuel Martorell, experto en el pueblo kurdo, impartió en la Universidad de Navarra la conferencia: ‘Kurdistán: pluralismo y diversidad en Oriente Medio', que cerraba el ciclo sobre geopolítica en Oriente Medio organizado por la Agrupación Universitaria por Oriente Medio (AUNOM) y el Instituto Cultura y Sociedad (ICS), en colaboración con Alumni.

"La  crisis de Oriente Medio es una de las más difíciles de resolver. El drama es muy fuerte; ni en la Edad Media había habido tanta violencia. Será muy complicado que vuelva a ser lo que era". Así terminó Manuel Martorell su visión panorámica sobre el pueblo kurdo, su historia y su incierto futuro. Una nación sin Estado propio, que antepone la nación a la religión y, por tanto, son enemigos del Estado Islámico. A juicio de Martorell, "el Islam ha impedido que se asentara  un proyecto nacional en el Kurdistán". Un estado islámico en Iraq arrasaría Oriente Medio e impediría la autonomía o independencia de los kurdos. "Si el estado iraquí no consigue reconstruirse, ellos declararán la independencia". Pero duda que "el resto de países les dejan hacerlo. De momento, en Irán, los nueve millones de kurdos han visto como se rechazan todas sus candidaturas para las próximas elecciones de febrero", aseguró.

Martorell, que lleva más de 35 años en la profesión y es un conocedor directo del Kurdistán, explicó que los kurdos "son la única fuerza que sobre el terreno lucha contra el Estado Islámico, en Siria e Iraq". Desde junio de 2014 más de 2000 jóvenes kurdos han muerto por defender su pueblo. "Lo llamativo es que en su inmensa mayoría esos jóvenes son de familias musulmanas suníes, igual que los integrantes del Estado Islámico. Combaten juntos hombres y mujeres; aun siendo musulmanes están en contra de la visión del Islam que propaga el Estado Islámico. Les une un proyecto político distinto, que no tiene nada que ver con la religión. Los kurdos saben luchar, tienen una gran experiencia histórica de resistencia y poseen organizaciones fuertes", afirmó.

El pueblo kurdo

Aunque no se sabe con precisión, el pueblo kurdo son entre 30 y 40 millones de personas. Se considera el más antiguo de Oriente Medio y la cuarta etnia más importante tras los árabes, turcomanos y persas. Su idioma tiene más en común con el español o el inglés que con el árabe, pues el kurdo procede del indoeuropeo. Después de la Primera Guerra Mundial el Kurdistán se dividió entre Turquía, Siria, Irak e Irán; los dos últimos son los únicos que los reconocen. Aunque la zona iraní "está ocupada por miles de bases militares", afirmó el periodista, quien aseguró que cualquier excusa sirve en Irán para el "estallido de revueltas populares: existe una lucha clandestina".

El Kurdistán es una tierra con grandes recursos; petróleo, gas y, sobre todo, agua: los ríos Tigris y Éufrates nacen de las elevadas montañas del Kurdistán. Su superficie es similar a la de la Península Ibérica.      

"El pueblo kurdo se enfrenta al Estado Islámico porque su visión del Islam es totalmente incompatible", afirmó. "Así como para el Estado Islámico solo hay una forma de interpretar el Islam y todo lo demás, si existe, debe desaparecer, para los kurdos el planteamiento es el contrario. Para un kurdo primero es la nación, la autonomía, su lengua, su cultura, su lucha por la independencia. Para ellos el islam suní es minoritario, pero puede subsistir con otras religiones. De hecho, hay kurdos seguidores de Zaratustra (los yazidíes) y cristianos y judíos. No tienen problema para convivir juntos".

"Los kurdos han tomado esta postura pro occidental y se enfrentan al Estado Islámico porque éste cuestiona lo que siempre ha sido para ellos Oriente Medio: un mosaico con diversidad étnica, religiosa, cultural. Una ideología con muy poca presencia en Oriente Medio está destruyendo el Kurdistán y esta pluralidad; esta es la verdadera razón de su lucha", concluyó Manuel Martorell su intervención.