“La investigación y la docencia no son nunca para nosotros, son una forma de servir a la sociedad”

La última regulación normativa en 2011 dio lugar a la puesta en marcha del Programa de Doctorado en Derecho de la Sociedad Global, que supone la continuación de una tradición en la formación de doctores en la Facultad de Derecho.  Desde la primera tesis, presentada en 1964, son ya más de 450 las tesis doctorales defendidas en la facultad.

Marian Salvador, que realizó su tesis en el año 2000 titulada El estatuto jurídico-público de los Bancos públicos por razón de su sometimiento al mercado,  sustituye a Eduardo Valpuesta en la coordinación de este servicio. La titular de Derecho Administrativo avanza algunos de los objetivos del programa y las cualidades que se deben reunir para dedicarse a la investigación en la Universidad.  

- ¿Cuáles son los objetivos que se plantea a corto/medio plazo para el programa? 

Consolidar la calidad de nuestro programa de doctorado y la atención a los doctorandos, siguiendo el modelo que ha dejado Eduardo Valpuesta. Lo que no es poca cosa.

- El vicerrectorado de Profesorado ha organizado una jornada para impulsar la investigación y la dedicación profesional a la Universidad. ¿Por qué decidió usted dedicarse a la docencia? 

No me levanté una mañana decidiendo dedicarme a la docencia. Surgió de forma casi casual.  Estando en 5º de carrera, una amiga, que entonces vivía en el CM Goroabe, me pidió ayuda para dar unas clase de refuerzo a compañeras que habían suspendido la asignatura de Derecho Administrativo. Organizamos un seminario semanal. No sé cómo aquello llegó a oídos del catedrático de la asignatura. Un día me citó en su despacho y me dijo que sabía que me gustaba dar clase. Lo cierto es que había descubierto que me gustaba mucho. Y me propuso hacer la tesis con él. En aquel momento no fui muy consciente a qué estaba diciendo que sí.  En realidad, no sé por qué decidí dedicarme a la docencia, lo que sí sé es que me siento una privilegiada de que la docencia me hubiera elegido a mi. 

- ¿Qué beneficios le aporta? 

Es muy gratificante sentir, en un momento determinado, cómo un alumno o alumna está entendiendo y aprendiendo algo nuevo y que tu le has ayudado. Aparte de eso, es también un privilegio estar en permanente contacto con gente joven, que está construyendo el adulto que será y poder acompañarle en esa fase.

- ¿Qué consejo daría a un alumno que decide comenzar su tesis y dedicarse a la investigación? 

En primer lugar, ésta no es una vocación para todos. Como cualquiera por otra parte. Por eso creo que es necesario pedir consejo, hablar con más de una persona, informarse.  Se trataría de identificar qué características personales son necesarias para un buen desarrollo del oficio universitario y en segundo lugar analizarse uno mismo para saber si las tiene o no. 

-¿Qué condiciones hay que reunir para abordar una tesis doctoral? 

Se requiere paciencia y una cierta resistencia mental, pues los frutos de este tipo de trabajo tardan años en verse. Abstenerse pues los que necesitan estímulos a corto plazo. Hace falta también curiosidad, pues es el motor de la investigación: saber hacerse preguntas. Pero también hace falta disciplina y rigor, no vaya a ser que la curiosidad nos disperse y no lleguemos a cerrar nuestras investigaciones. Y por encima de todo hace falta generosidad. La investigación y la docencia no son nunca para nosotros, son una forma de servir a la sociedad, que se concreta en los alumnos, doctorandos y en la comunidad científica a la que pertenecemos.  Pero también hace falta sentido común para concretar ese esfuerzo generoso según los cauces que nuestro sistema de carrera académica nos pide.