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El Grupo de Investigación de Historia Reciente (GIHRE)  de la Universidad de Navarra organizó el pasado jueves 12 de marzo un seminario sobre "La España del desarrollo" con José Luis Orella, profesor de la Universidad de San Pablo CEU en Madrid, quien presentó también su libro con el mismo título, publicado recientemente por la editorial Galland Books. 

Orella abordó el estudio del llamado "desarrollismo" español y sus protagonistas, durante los años 60 y 70 del pasado siglo, que se revelan como "temas jugosos, inéditos y necesarios de tratar" puesto que sobre ellos se han vertido muchos comentarios que no responden a la realidad histórica de lo sucedido.

Su estudio abarca la labor de los hombres que posibilitaron el desarrollo de la sociedad española, apareciendo en él personalidades como Carrero Blanco o López Bravo, y otras que según el ponente aún permanecen "en la sombra",  a la espera de un reconocimiento de su dedicada labor en aquellos años,  como es el caso de Alberto Ullastres o Vicente Mortes. Abordó también otro de los tópicos de la historiografía del momento, preguntándose si realmente existieron los tecnócratas, y concluyendo que habitó en la mente de los periodistas, pero que no respondió a la existencia de una familia política del régimen.

El profesor José Luis Orella trazó un recorrido por algunas de las líneas más predominantes de la política de desarrollo  en materia económica, social y cultural que caracterizó a aquellos años. De manera especial destacó la labor de la política exterior, que se profesionalizó y  que abrió España a nuevos mercados, desarrollando una imagen "muy vendible" de nuestro país, con frutos directos en las nuevas relaciones con países del  mundo árabe, hispanoamérica, o la relación de alianza con Estados Unidos.

El devenir histórico que siguió a la labor de estos hombres en el gobierno de Franco, su retirada tras la muerte de Carrero y el cambio de dirección política que supuso el nombramiento de Arias, contribuyó también, según el ponente, a un cierto menoscabo y olvido del proyecto que trataron de construir, y que en gran medida se retomó en los años de la Transición.  

Para concluir, el profesor Orella aventuró que, "si tras la muerte de Carrero no se hubiesen puesto obstáculos, la política de desarrollo que se estaba poniendo en práctica en España, unida al  contexto internacional,  hubiese terminado por desembocar también en una transición a la democracia".