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Controlar con quién habla, dónde está, qué publica en redes sociales… Son actitudes comunes entre parejas jóvenes y adolescentes españolas. “Según diversos estudios realizados en España, 9 de cada 10 adolescentes han ejercido algún tipo de violencia psicológica sobre su pareja”. Así lo afirma Cristina López del Burgo, investigadora del proyecto ‘Educación de la afectividad y de la sexualidad humana’ del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra.

La experta alerta que la situación resulta especialmente preocupante: Según datos del Barómetro 2017 del Proyecto Scopio –realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud– uno de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 29 años cree que la violencia de género es “una conducta normal en el seno de una pareja”. En este mismo informe se apunta que más del 20% de los jóvenes consideran que la visión sobre la violencia machista es “exagerada”.

Por su parte, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género publicó que los juicios por malos tratos entre menores aumentaron un 48% de 2016 a 2017. En los últimos 15 años, este organismo ha contado cinco víctimas mortales de la violencia de género menores de edad.

Suma y sigue.

¿Es posible frenar esta tendencia? Con su investigación, el equipo de López del Burgo busca conocer el perfil de los adolescentes que ejercen o sufren violencia por parte de su pareja. Para ello, seleccionarán una muestra representativa de adolescentes escolarizados en España de entre 13 y 18 años. A través de los centros escolares, responderán un cuestionario online, anónimo, sobre violencia de pareja, estilos de vida, opiniones y actitudes relacionadas con la afectividad y la sexualidad, así como sobre los mensajes que reciben en su entorno.

Detección y prevención

El cuestionario no solo evalúa la violencia de pareja, sino también otras actitudes y estilos de vida de los adolescentes, por lo que los resultados podrán ser utilizado en centros escolares para elaborar programas de educación y promoción de la salud adapatdso a las necesidades de sus alumnos. “Por ejemplo, -ilustra la experta- si se detecta una asociación entre tener una relación muy dependiente y la violencia de pareja, se podrían trabajar habilidades que promuevan la autonomía y la toma de decisiones personales”.

En última instancia, para López del Burgo, detectar y dar a conocer a los alumnos situaciones de violencia de pareja “contribuirá a que se conciencien sobre el problema e, incluso, podrá facilitar que los que estén involucrados en algún tipo de violencia busquen ayuda”.

Según afirma la experta, los casos de violencia pueden ser más comunes en la adolescencia ya que “en esta etapa los sentimientos son más intensos, se idealiza a la pareja y al amor, se carece de experiencia y se sufre la presión de los compañeros por tener pareja”. A pesar de que con la madurez pueden desaparecer las conductas violentas, “sí suponen un factor de riesgo para la violencia durante la edad adulta”, añade. Por tanto, considera vital un trabajo de prevención en la adolescencia.

Esta investigación se realiza gracias a una beca del Instituto de Salud Carlos III –dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades– y se enmarca dentro del subproyecto YourLife de ‘Educación de la afectividad y de la sexualidad humana’. Este suproyecto, dirigido por el investigador Jokin de Irala, pretende mejorar la educación de los adolescentes en estilos de vida, ocio, afectividad y sexualidad. En el proyecto YourLife han participado ya jóvenes de Filipinas, El Salvador, Perú, Chile, Polonia y España.