¿Qué le motivó a empezar una tesis doctoral?

Cuando realicé el Máster en Matrimonio y Familia en la Universidad de Navarra, el doctor, don Alfredo Rodríguez, miembro del tribunal que examinó mi defensa del trabajo fin de master, me animó a que siguiera estudiando el tema de la dimensión de la espiritualidad de la persona humana. Me gustó tanto la propuesta, que no dudé en seguir investigando para la disciplina de la enfermería; dado el vacío que había observado en mis años de enfermera clínica y docente, parecía que este cuidado no se estaba otorgando por parte de las enfermeras, y se trata de una atención tan esencial y necesaria en el cuidado de la persona enferma.

¿Por qué hay que investigar en Enfermería?

Enfermería es la Ciencia que se ocupa, que cuida a la persona humana, por lo tanto ¿cómo no investigar sobre ello? Es parte clave del quehacer en la profesión.

¿Siempre se planteó hacer una tesis o fue una decisión que tomaste con el paso del tiempo?

¡Buena pregunta! Fue una decisión que tomé con el paso del tiempo. Como enfermera clínica y docente me preguntaba dónde estaban las necesidades espirituales del paciente. Cuando me llamaron desde la Universidad de los Andes en Santiago de Chile para ayudar en la formación de las futuras enfermeras, mi motivación por encontrar respuesta fue cada vez más intensa, porque la responsabilidad era cada vez más profunda.

¿Cuál es la parte más difícil de realizar una tesis doctoral?

Todo el proceso de realización de una tesis doctoral es difícil. Lo importante es tener claro que el tema elegido apasione y sea un aporte muy necesario para la humanización de la sociedad, para el bien de la persona humana y el bien común.

Hablemos de su tesis, se centra en un ámbito del cuidado diferente: el espiritual ¿por qué?

La espiritualidad es un componente clave de la vida humana y uno de los principales factores asociados con los buenos resultados de salud. Su cuidado incluye actividades e intervenciones visibles y explícitas, favoreciendo discusiones evaluativas en entornos clínicos que incluyan las preocupaciones espirituales, lo que mejorará el cuidado integral.

Al profundizar en el estudio de la persona humana, en sus dimensiones física, psíquica, espiritual y social, me fui dando cuenta que era necesario considerar un diálogo interdisciplinar entre la Ciencia de la Enfermería y la Antropología Trascendental del filósofo Leonardo Polo, que tiene como background la visión tripartita de la persona, naturaleza corpórea o “vida recibida”, esencia humana o “vida añadida” y acto de ser o “vida personal” o vida espiritual. Considero que la dimensión espiritual es el fundamento de la persona humana, es la persona. Por tanto, la enfermera debe otorgar al paciente cuidado de su espiritualidad antes, durante y después de la enfermedad. 

Si tú te preguntas “quién eres” entrarás en tu intimidad, en ese lugar personal que tú solamente puedes entrar, en tu espíritu. Allí encontrarás tres perfecciones o trascendentales o raíces: la coexistencia libre, el conocer y el amor personal. La espiritualidad crece con el desarrollo de las virtudes de la inteligencia y de la voluntad con actos concretos donde se manifiestan estas.

Parece entonces que el cuidado, efectivamente, va más allá

La enfermera cuida del paciente en circunstancias de especial padecimiento y crisis, y promueve su crecimiento y su perfeccionamiento en el amor, en aceptar y en dar. Desde este punto, la enfermería estará en condiciones de cuidar sus necesidades espirituales ayudándole a seguir viviendo una vida personal más plena y, consecuentemente, más conforme a su naturaleza. Además, de ese modo contribuirá a humanizar la disciplina y consecuentemente, a la sociedad.

La espiritualidad integra todas las dimensiones, lo racional, lo emocional. En esta dimensión de la trascendencia, se encuentra la felicidad, el sentido de la existencia, del sufrimiento, del dolor, de la alegría, de donde surgen otras como la sonrisa, la amabilidad, la comprensión, la compasión, la aceptación de las carencias del otro, la aceptación de los cuidados que la enfermera agradece del paciente, de allí surge la relación interpersonal.

¿Qué tan importante es la relación interpersonal entre la enfermera y el paciente en este ámbito de lo espiritual?

La enfermera es una persona al igual que el paciente, ambos son un “quien”. Es en esa relación interpersonal enfermera-paciente donde surge una coexistencia libre entre ambos, un conocimiento personal, una aceptación, un don de cada uno. Esto permite que la enfermera entregue su cuidado al paciente, no solo físico, psíquico y social, sino también un cuidado espiritual, permitiendo que la enfermera pueda ayudar al enfermo en la satisfacción de sus necesidades espirituales naturales y sobrenaturales. El espíritu es una realidad que trasciende mas allá de la vida corporal y la enfermera deberá de estar capacitada para dar atención espiritual y educación de alta calidad a cada paciente, tanto si este vuelve a su casa o si se acerca hacia el final de su vida.

¿Qué consejo darías a alguien que está dudando si empezar una tesis o no? 

¡Que la empiece! Que sea consciente que será un tremendo aporte para cada paciente de este mundo. Puede sentarse delante del ordenador y escribir todo lo que tiene en su interior, para después acercarse a algún experto y ver la viabilidad de iniciar un posible estudio en la materia. Puede ser un inicio muy motivador si sabes que vas a proporcionar una solución o una mejora en la sociedad.