La Universidad de Navarra impulsa la adaptación inclusiva del modelo Henka para mejorar el bienestar mental juvenil.
El proyecto “Adaptación inclusiva y formativa del programa Henka”, presentado por la Universidad de Navarra, ha sido seleccionado para contribuir a la mejora de dicho programa.
07 | 11 | 2025
El proyecto “Adaptación inclusiva y formativa del programa Henka”, presentado por la Universidad de Navarra, ha sido seleccionado para contribuir a la mejora de dicho programa.
El proyecto se enmarca dentro de un convenio de colaboración suscrito entre Zurich Foundation y la Universidad de Navarra, a través del Instituto de Cultura y Sociedad y el Museo Universidad de Navarra, con el objetivo de promover proyectos artísticos, sociales y de investigación en el ámbito de la salud mental.
Henka, impulsado por San Joan de Déu y Z Zurich Foundation, es un programa centrado en el bienestar mental, dirigido a estudiantes de entre 12 y 25 años, junto a profesorado, familias y resto de la comunidad educativa.
Z Zurich Foundation destinará 21.000,00 € para la consecución de este proyecto, con una duración de 18 meses, dirigido por las investigadoras y profesoras de la Facultad de Educación y Psicología Araceli Arellano y Sarah Carrica, con el que se pretende, por una parte, elaborar un perfil sobre el bienestar de jóvenes participantes del programa y, por otra, realizar una revisión pedagógica del programa.
“Encontramos estas dos áreas de oportunidad para ampliar los beneficios que este programa ya ofrece a los estudiantes y al resto de la comunidad educativa. Este proyecto nos permitirá generar evidencia científica en torno al bienestar de los adolescentes y jóvenes que participan en Henka, así como mejorar el carácter inclusivo del programa; es decir, asegurar que todo el alumnado pueda participar en esta iniciativa, en igualdad de condiciones”. — Araceli Arellano, profesora de la Universidad de Navarra.
Durante la fase de diagnóstico, se recogerán datos sobre estudiantes (sobre su perfil en cuanto a fortalezas y necesidades, resiliencia y bienestar), sobre sus familias (qué perspectiva tienen de sus hijos en esta etapa de transición a la vida adulta) y sobre los educadores que los acompañan. Durante la fase de adaptación de materiales, se realizará una revisión pedagógica que permita diversificar metodologías e incluir nuevos materiales y propuestas para ajustar el contenido a la población de chicos y chicas con necesidades específicas de apoyo educativo.
“Este convenio muestra cómo la colaboración entre universidad, escuela y comunidad puede generar entornos educativos más inclusivos y sensibles al bienestar emocional de los y las jóvenes, poniendo la evidencia científica al servicio de la transformación social”. — Sarah Carrica, profesora de la Universidad de Navarra.