El monasterio de Irache
Puerta Preciosa
El claustro se comunica con el templo a través de una bella portada dispuesta en el ángulo nororiental, encuadrada entre las dos pilastras que delimitan el tramo de la esquina noreste, denominada Especiosa o Preciosa, por estar dedicada a la Virgen. En las principales festividades marianas el abad y la comunidad se colocaban ante esta puerta entonando la antífona “Speciosa facta est”, que cantaban mientras entraban procesionalmente en el templo. Por ello, probablemente el nombre de Puerta Especiosa esté tomado del Introito de la misa de la festividad de la Concepción de la Virgen María, que procede del Cantar de los Cantares.
Esta portada, que sigue el esquema de arco de triunfo, revela el conocimiento que tuvo su tracista de la tratadística arquitectónica del renacimiento, como las Medidas del Romano de Diego de Sagredo (1526), cuyo influjo fue patente en las fachadas de muchos de los templos acometidas en el siglo XVI en suelo navarro, como la portada de la iglesia de Arguedas en la que trabajó Juan de Aguirre, o la de la parroquia de Cáseda.
La puerta consta de un amplio basamento liso cajeado, sobre el que apean pilastras y capiteles continuados por una línea de imposta, que dan paso a arcos de medio punto labrados con una fina decoración de grutescos, incluyendo en la clave del arco una cartela con el año de ejecución, 1547. En el espacio de las enjutas se disponen dos amplios medallones con los bustos en relieve de San Pedro y San Pablo que portan sus atributos. Este cuerpo inferior, que describe un arco de medio punto, queda rematado por un friso de querubines, centrados por el relieve de medio cuerpo de Cristo Salvador, al que flanquean dos inscripciones latinas que sustentan angelotes: “Yo soy la puerta, si uno entra a través de mi, será salvado2 (Juan, 10); “Yo soy el Camino, la verdad y la vida. Nadie va al padre sino por mí” (Juan, 14).
Remata la composición un ático de columnillas de fuste acanalado que aloja el grupo escultórico de la Asunción de la Virgen a los cielos, con las manos orantes delante del pecho, dispuesta en pie sobre la media luna y acompañada de ángeles que la coronan. A sus lados se disponen las figuras en relieve de San Benito y San Bernardo -o San Bernón de Baume-, arrodillados y orantes, sustentando el báculo entre sus brazos y rodeados por una filacteria con una inscripción latina alusiva a la Virgen en calidad de Madre de Gracia y de Misericordia, como defensora y protectora del género humano, especialmente en el momento del fallecimiento: “María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, Protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte”. Una referencia escrita perteneciente a la segunda estrofa del Memento salutis auctor, que era el Himno de Prima del Oficio Parvo de la Virgen, que los monjes de este monasterio rezaron en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos, ya que este cenobio se construyó como un espacio devocional y litúrgico erigido bajo la titularidad de la Virgen María. En el friso que remata la hornacina adintelada se esculpió una inscripción latina procedente del Cantar de los Cantares (cap. 8, vers. 8), sobre el que se dispone un frontón triangular con el busto del Padre eterno bendiciendo, y dos ángeles que portan escudos.
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