Viaje fotográfico por el Mediterráneo
IGNACIO MIGUÉLIZ VALCARLOS
CÁTEDRA DE PATRIMONIO Y ARTE NAVARRO
En una colección particular de Pamplona se conserva una interesante colección de fotografías de principios del siglo XX que hacemos accesible con esta exposición virtual incorporándola al acervo público de este arte en Navarra. Dicho fondo está compuesto por 128 imágenes, de las que mostramos solo una selección de 50. Las tomas recogen un interesante reportaje fotográfico de un viaje de peregrinación por el Mediterráneo a comienzos del siglo XX. A través de estas fotografías podemos ver el itinerario que les llevó a recalar en las actuales Grecia, Turquía, Chipre, Israel, Egipto e Italia, realizando escalas que permitían a los viajeros visitar diferentes poblaciones y lugares. Estas fotografías fueron capturadas por fotógrafos aficionados durante el transcurso del viaje, recopilándose con posterioridad, por lo que constituye uno de los primeros y más completos ejemplos de fotografía amateur o de aficionados en Navarra.
El itinerario de este viaje se planteó como un recorrido por el Mediterráneo oriental en el que se combinaba una doble intencionalidad: por un lado la turística y, por otro, la religiosa. Desde la óptica de la primera, los viajeros tuvieron la oportunidad de conocer ciudades y lugares lejanos como Atenas, Estambul, Patmos, Rodas, Chipre, las poblaciones de Tierra Santa o El Cairo, así como ciudades occidentales que ya formaban parte de su bagaje visual y cultural, como Nápoles, Roma o Venecia; mientras que desde el punto de vista de la segunda, la del peregrinaje, viajaron a poblaciones vinculadas a la historia sagrada que formaban parte del imaginario mítico cristiano, objetivo principal del viaje. Así, no solo visitaron localidades como Haifa, los montes Carmelo y Tabor, Nazaret, el mar de Galilea, Jaffa, Belén y Jerusalén, sino también los diferentes hitos religiosos vinculados a la tradición bíblica que se ubicaban en estas poblaciones. Ambas opciones se mezclaron en solución de continuidad, las visitas turísticas a ciudades desconocidas se combinaban con la vinculación religiosa que tenían muchas de estas poblaciones.
El viaje gozó de todas las comodidades posibles, realizándose en barco, que sirvió también como lugar de alojamiento salvo en algunos momentos del recorrido, cuando se planteaban estancias más largas en determinadas poblaciones, como en Jerusalén o El Cairo, en el que los viajeros se alojaron en hoteles. Durante el recorrido fueron varios los viajeros que, provistos de cámaras, realizaron fotografías que recogían los lugares visitados: imágenes de los paisajes recorridos, de las ciudades en las que hicieron escala, con vistas urbanas y de monumentos, o etnográficas, en las que se retratan a los habitantes de estos países y ciudades, reflejando en muchas de ellas el exotismo que todos aquellos lugares y gentes supusieron para estos viajeros.
Las imágenes conservadas son fotografías positivas en formato estereoscópico en placas secas de gelatinobromuro. Se trata de imágenes de autor anónimo, ya que fueron tomadas por diferentes participantes en el viaje, posteriormente recopiladas en el barco y, una vez reveladas las copias, puestas a disposición de aquellos viajeros que quisieran tener un recuerdo del viaje realizado. De hecho, estas fotografías eran proyectadas en el barco para amenizar las travesías de mar y las noches en la embarcación. Es en este punto donde entra en juego el compilador de esta serie que, a pesar de no ser autor de la misma, le dio una visión especial al seleccionar unas determinadas fotografías en detrimento de otras. De esta manera, y como si fuese un álbum de viajes tan en boga a lo largo del siglo XIX, nuestro coleccionista reunió una serie de fotografías que a él le interesaban y que recogían el periplo realizado, que le recordaban el viaje o los lugares visitados. No hay que olvidar que para la mente de un pamplonés de principios de siglo todas estas imágenes constituirían visiones totalmente nuevas y exóticas, nunca vistas hasta el momento.