La sillería

Situada en el coro alto, la sillería fue ejecutada hacia 1764 en el ámbito del taller de Diego de Camporredondo quien en 1763 había enviado la traza de la sillería a la parroquia de Lerín. La sillería consta de dos niveles de asientos, el alto con veinticinco sillas y el bajo con dieciséis. La sillería baja destaca por la riqueza de la decoración de los tableros que sirven de atril al nivel superior. La sillería alta por su parte cuenta con un respaldo de tableros cóncavos y convexos que crean un juego de luces y movimiento muy del gusto del momento. Si los tableros de la sillería baja se articulan mediante pilastras cajeadas, los de la alta lo hacen a través de columnillas de capitel compuesto que apean sobre ménsulas huecas. El conjunto de la sillería alta se complementa con un guardapolvo con dosel y crestería que repite las formas cóncavas y convexas de los tableros. La decoración que se despliega en esta sillería es de carácter tanto religioso como profano en los marginalia. En concreto, la sillería alta reproduce fundamentalmente santos mientras que en la baja se introducen escenas de marcado carácter simbólico y alegórico.