Leire Sola Juango, Máster en Enfermería en Cuidados Paliativos - Universidad de Navarra
Vivir hasta el final: Cuidados paliativos para una población que envejece
Hoy sábado 12 de octubre celebramos el Día Mundial de Cuidados Paliativos, un día dedicado de modo especial a reflexionar sobre estos pacientes que necesitan de nuestra atención.
A lo largo de este último siglo, los grandes avances tecnológicos en el ámbito sanitario, junto a otros factores -ambientales y genéticos-, han permitido que las personas afectadas por diversas enfermedades sobrevivan más tiempo, con el consecuente aumento de longevidad de la población. Esto ha llevado a un progresivo aumento de enfermedades crónicas y otras letales, que con los tratamientos actuales cada vez se cronifican más en el tiempo.
Muchas veces vivimos bajo el mito de que los Cuidados Paliativos se centran solamente en pacientes con cáncer, cuando cada vez es más elevado el número de personas atendidas con enfermedades degenerativas, como Alzheimer, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, insuficiencias renales, etc. Patologías que, en la mayoría de los casos, afectan a personas mayores de 60 años.
A veces el ritmo de vida que lleva la sociedad actual hace plantear un objetivo sanitario enfocado a la prevención y curación de enfermedades, y nos olvidamos de proporcionar atención y calidad de cuidado hasta el final de la vida. No siempre hay lugar para la curación pero siempre habrá lugar para el cuidado.
En la población anciana, en el ámbito sanitario, uno de los grandes problemas que nos cuestionamos es la necesidad de consumir recursos sobre personas cuyo tiempo de vida es limitado, y recurrimos a veces a medidas y tratamientos básicos sin preguntarnos cómo necesitan y quieren ser cuidadas. Podemos pensar que por tratarse de una persona anciana, cuando su vida se acerca al final, no puede haber lugar al miedo, a la inseguridad, al sufrimiento, y caemos en el error de poner menos atención a la necesidad de dar un sentido a su vida.
Los mayores también necesitan de una atención multidimensional al final de su vida y los Cuidados Paliativos les ayudan a mantener el confort físico y a mitigar el sufrimiento existencial. Los profesionales tenemos el papel de acompañarles en esos momentos donde sus decisiones y elecciones tienen un gran protagonismo, sin olvidarnos de sus cuidadores y, especialmente, de sus familias.
Como especialistas debemos acercarnos a esas familias con respeto y comprensión ante el sufrimiento, permitiendo la apertura y expresión de emociones a través de la empatía y la escucha activa. En ocasiones, el diagnóstico de la enfermedad puede suponer una redistribución de roles y responsabilidades dentro del núcleo familiar y, a su vez, puede conllevar una sobrecarga económica que genera un mayor estrés y sufrimiento. En este sentido nuestra intervención se debe abordar desde un enfoque individualizado que abarque aspectos sociales, emocionales y económicos, y que asegure también su cuidado.
Para los profesionales de cuidados paliativos las familias forman parte de nuestro día a día, nos hacen partícipes de sus vivencias e historias, nos enseñan y dan lecciones muy valiosas de cómo afrontan el sufrimiento y la despedida, y con ellos aprendemos a valorar nuestra percepción de la vida.