En la actualidad, los cardiólogos sabemos que las enfermedades cardiovasculares van a ir en aumento en las próximas décadas, muy lejos de frenar su crecimiento. Los especialistas disponemos en estos momentos de un sinfín de medios diagnósticos y terapéuticos muy sofisticados con tecnología punta, tan eficientes como caros.

De la mano de la reciente crisis internacional ha llegado el convencimiento de que mantener el sistema sanitario actual es insostenible, no hay dinero para sostener las demandas presentes, ni las del crecimiento esperado para este tipo de enfermedades, en un futuro inmediato a corto y largo plazo.

Estamos viviendo cómo los recortes hacen priorizar algunos tratamientos sobre otros, privando a los hospitales públicos de algunas técnicas y, en otras ocasiones, limitando el número de ellas. Podemos disponer de esos medios, pero algunos de ellos son carísimos, por lo que no podremos hacerlos llegar a toda la población enferma.

Por todo esto, hoy con más razón, no sólo no debemos limitarnos a hacer apología de una "Medicina Preventiva" -esto ya se ha intentado en el pasado y ha sido insuficiente-, sino más bien debemos hacer hincapié (y mucho) en unas medidas que sirvan para "Promocionar la salud". No es efectivo solamente decir que fumar y estar con sobrepeso es malo y negativo, sino que debemos decir que evitar el tabaco y tener un peso normal es sinónimo de salud y calidad de vida para hoy y para mañana.

Promover hábitos saludables desde la infancia
Las enfermedades cardiovasculares tienen su raíz muy profunda en los malos hábitos de vida y, por ello, las organizaciones sanitarias deben promover cambios para adquirir esos buenos hábitos. La batalla hay que centrarla en los siguientes aspectos: evitar fumar; tener un peso normal (IMC igual o inferior a 25); realizar, al menos, 150 minutos de ejercicio a la semana; o tener los niveles de azúcar inferiores a 100 mg/dl y el colesterol total inferior a 200 mg/dl. Asimismo, mantener la  tensión arterial inferior a 120/80 mm/Hg y seguir la dieta mediterránea.

Los cardiólogos sabemos que hoy en día uno de los factores de riesgo, más importantes, y que arrastra consigo a otros factores de riesgo, es el sobrepeso o la obesidad. Los individuos obesos suelen ser hipertensos y tienen el colesterol alto y, con el tiempo, se acaban convirtiendo en diabéticos, además de ser sedentarios y no seguir una dieta mediterránea.

Se ha denominado a la obesidad como la lacra o la epidemia del siglo XXI, y Europa va a la cabeza en obesidad infantil. Se ha demostrado que el niño obeso es un adulto obeso en potencia, por lo que los esfuerzos se deben dirigir  a enseñar, desde los jardines de infancia, colegios e institutos, sin olvidar las universidades, a adquirir hábitos de vida saludables.

Solo así, promocionando estos buenos hábitos físicos, concienciando del daño del tabaco y promocionando el conocimiento de una buena dieta mediterránea  -cada día con mas datos científicos a su favor- podremos en el futuro disminuir las enfermedades cardiovasculares.

Decisiones sencillas como pasear todos los días un mínimo de 30 minutos; incorporar a la dieta el aceite de oliva, tan abundante y bueno en nuestro país y, a su vez, tan poco utilizado; consumir una copa de vino al día;  frutos secos a diario pero de forma moderada; restringir el consumo de grasas de origen animal; y aumentar en la dieta el pescado, las verduras y las frutas, redundarán en una disminución de estas enfermedades. 

Los trabajos de investigación que relacionan el aumento del perímetro abdominal o la cintura, tanto en el hombre como en la mujer, con un aumento de enfermedades cardiovasculares e incluso con el cáncer, son cada día más numerosos.

El mensaje es "indiscutible": si adquirimos hábitos saludables tendremos una buena calidad de vida presente y a su vez estaremos invirtiendo  en un  "buen plan de pensiones", o lo que es lo mismo, tener una buena calidad de vida en el futuro. Los Cardiólogos no queremos que la medicina se limite a añadir más años a la vida, sino también dar más vida a esos años. 

 Dr. José Calabuig Nogués
 Profesor y especialista en Cardiología-Universidad de Navarra