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El pasado viernes 24 de abril, el periodista Florencio Domínguez impartió la conferencia titulada "El terrorismo de ETA durante la Transición". El acto estaba organizado por la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra.

Florencio Domínguez, redactor jefe de la Agencia Vasco Press y presidente de la comisión de expertos del Centro para la Memoria de las Víctimas del terrorismo, es además un reconocido estudioso de la historia de ETA, a la que ha dedicado una decena de libros e innumerables artículos en revistas especializadas y prensa.

En su conferencia, presentó una completa y vívida radiografía de la organización terrorista a lo largo de la Transición y de los primeros años de la democracia. El asesinato de Carrero Blanco en 1973 resultó ser  "un ejemplo deslumbrante de eficacia de la violencia": ETA ganó entonces la imagen internacional de grupo terrorista competente que le acompañó durante mucho tiempo. La previsible llegada de la democracia provocó la escisión entre una ETA político-militar y una ETA militar, pero en ningún caso ello significó el cese de las armas, pues el objetivo de la banda terrorista no era la dictadura franquista sino el Estado español en cualquiera de sus variantes. Con un apoyo social creciente, una buena disponibilidad económica conseguida a través de la extorsión y la seguridad privilegiada que le otorgaba el "santuario francés", ETA acometió una escalada terrorista sin precedentes en los años inmediatos a la muerte de Franco. Nunca reconoció la democracia representativa, vista como un arma de dominación burguesa, ni aceptó los resultados de las primeras elecciones ni del referéndum constitucional.

Su estrategia, una vez comprobada la imposibilidad de vencer al ejército español o de provocar una insurrección popular, se orientó a forzar una negociación política de sus reivindicaciones a través de una implacable guerra de desgaste, dirigida sobre todo contra altos mandos militares. A finales de los setenta y principios de los ochenta, la cúpula etarra ejerció la dirección política de las distintas instituciones del entorno radical abertzale que se crearon por entonces (HASI, LAB, Jarrai…). Eran los tiempos de la imparable creación de comandos autónomos, del adiestramiento en lugares tan dispares como Argelia, Líbano, Nicaragua y El Salvador, o del impulso de focos violentos en distintas partes de España. No obstante, el refugio francés empezaría a dejar de serlo a principios de los ochenta, con la llegada de Mitterrand al poder. Se cerraría entonces la etapa objeto de la ponencia.

Los asistentes pudieron disfrutar de una interesante exposición, en la que el conferenciante hizo gala de una vasta y contrastada información, que salpicó de anécdotas y vivencias personales.