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Más allá de la ciencia: estudiantes de Medicina exploran el Prado con mirada humanista, de la mano del profesor Javier Azanza

La actividad forma parte de la asignatura optativa del Instituto Core Curriculum

A comienzos del mes de abril, 28 estudiantes de Medicina viajaron a Madrid para visitar el Museo del Prado. Esta actividad forma parte de la asignatura optativa del Instituto Core Curriculum “Ver y entender el arte con los ojos del Prado”. Acompañados por Javier Azanza, profesor de Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, los estudiantes recorrieron las salas de exposición, vislumbraron en directo las obras que habían estudiado en clase e incidieron en algunos aspectos médicos recogidos a lo largo de la Historia del Arte.

La actividad había comenzado previamente en el aula, donde los estudiantes comenzaron a trabajar las obras ligadas a prácticas curativas y la ciencia médica que se encuentran expuestas en el Museo. A lo largo del semestre, organizados en grupos, prepararon sus exposiciones atendiendo a los aspectos artísticos que habían visto en clase y relacionándolo con los aspectos médicos de su profesión.

“Tanto el Arte como la Medicina son disciplinas que tenemos que entender en clave humanística. Las dos tienen relación con aspectos que tratan sobre el mal y el bien, el concepto de divinidad… Comparten todo eso y, en el fondo, ambas son muy humanísticas”, explica Javier Azanza.

En este sentido, Lucía Reed, estudiante de Medicina, explica que escogió esta asignatura como optativa porque para ella “la división entre ciencias y arte no tiene cabida. Todo va de la mano y no son disciplinas que se contradigan, sino que se enriquecen mutuamente”.

Pudieron analizar en detalle temas quirúrgicos, como La extracción de la piedra de la locura (1501-1505), de El Bosco o El charlatán sacamuelas (1620-1625), de Theodoor Rombouts. También la relación entre la alquimia y la medicina en obras como El alquimista (1631-1640) de Teniers; o las salas de hospitales a través de Una sala del hospital durante la visita del médico en jefe (1889), de Luis Jiménez Aranda.


Extracción de la piedra de la locura, de El Bosco, y El alquimista, de David Teniers

“La mayoría de estudiantes de Medicina carecen del marco general y del contexto de las obras, por lo que hay que guiarles para que sitúen tanto sus características formales como el mensaje que esa pintura transmite”, señala Azanza. Sin embargo, añade que ir acompañado de futuros médicos le ha permitido ver algunas obras con otros ojos, pues “hacen preguntas que no tienen nada que ver con aquellas que hacen los alumnos de Historia y siempre te hacen reflexionar sobre cosas nuevas”.

Por ejemplo, cuando explicaron la obra de Luis Jiménez Aranda (que muestra a un médico pasando consulta en una sala de hospital), los estudiantes incidieron en la razón por la que las camas estaban así dispuestas o por qué la sala del hospital era de tal forma. “Estos comentarios me hacen salir de mi zona de confort: no se trata del tipo de cuestiones en las que yo incido en clase. Ver la obra de esta forma también me abre los ojos”, explica el profesor. “Fue muy sorprendente ver directamente los cuadros que habíamos estado estudiando en clase”. La medicina ha ido evolucionando con la historia, y los avances se han ido reflejando en el arte.

Un recorrido cargado de detalles en El Prado

Cuando acabaron la ruta que ellos mismos plantearon por las salas del Prado, los estudiantes iniciaron una segunda visita en la que pudieron ver algunas de las grandes obras que se conversan en el Prado y que el profesor Azanza había explicado en las clases, como El Descendimiento (h. 1436), de Van der Weyden; La mesa de los pecados capitales (1500), de El Bosco; Las meninas (1656), de Velázquez; La Adoración de los Magos (1609), de Rubens; o Los fusilamientos del 3 de mayo (1814), de Goya, entre otros.

“El arte siempre me ha gustado mucho, aunque no se me da muy bien. Nunca había tenido una asignatura así y poder visitar el Prado con el profesor Azanza siguiendo este enfoque me ha ayudado muchísimo a comprenderlo”, explica Ana Guerras, otra de las estudiantes que visitó el Museo.

“Esta actividad didáctica viene a cumplir un deseo de Francisco Calvo Serraller y es fruto de la estrecha colaboración entre el Museo del Prado y la Asociación de Amigos de la Universidad”, continúa el profesor. “El Instituto Core Curriculum la planteó hace dos cursos y veo que los estudiantes la disfrutan”, concluye.


El grupo de estudiantes de Medicina que visitó el Prado, junto al profesor Azanza, antes de comenzar su visita

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