Publicador de contenidos

Volver Noticia_Las mujeres mexicanas y su contribución en la expansión del Opus Dei

Las mujeres mexicanas y su contribución en la expansión del Opus Dei

Mercedes Montero presenta algunos aspectos del desarrollo de la labor de mujeres del Opus Dei en México durante los primeros años de la década de 1950. En la entrevista la investigadora destaca el papel de Guadalupe Ortiz de Landázuri y de un puñado de mujeres que contribuyeron a consolidar la Obra en ese país y ayudaron a otras naciones del continente en los comienzos del Opus Dei.

26 | 05 | 2023

El Centro de Estudios Josemaría Escrivá entrevistó a la investigadora Mercedes Montero acerca de su reciente trabajo publicado en el último número de la revista Studia et Documenta. En su artículo, Montero explica de qué manera ayudaron las mujeres mexicanas en el proceso de expansión del Opus Dei por el continente americano entre 1951 y 1956. Su análisis revela la influencia de estas mujeres en el desarrollo de la Obra y su contribución en la propagación de la Obra en la región.

Mercedes Montero es profesora en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra e investigadora asociada del CEJE. Sus estudios reconstruyen aspectos centrales de la labor apostólica realizada por mujeres del Opus Dei en España y México. 

¿Qué situaciones contribuyeron a que el Opus Dei llegara a México? 

El fundador del Opus Dei envió primero al sacerdote Pedro Casciaro junto a dos jóvenes para explorar las posibilidades de comenzar la Obra en América. Luego de ese viaje se decidió enviar pequeños grupos a Estados Unidos y a México. 

Las primeras mujeres del Opus Dei que salieron de España para empezar la Obra en México fueron Guadalupe Ortiz de Landázuri, que por entonces tenía más de treinta años; y dos jóvenes que llevaban poco tiempo en la Obra: María Ester Ciancas y Manolita Ortiz. Eran las primeras mujeres de la Obra que salían de España para comenzar la tarea de evangelización en otro continente.

Pedro Casciaro, que había llegado un poco antes, conocía a bastantes matrimonios, señoras y familias mexicanas, por eso cuando llegaron estas tres españolas ya las esperaba mucha gente. Enseguida se sintieron rodeadas de mucho cariño y de personas que tenían interés por el Opus Dei. 


Mercedes Montero, investigadora del CEJE y profesora de la Universidad de Navarra.


¿Por qué el mensaje del Opus Dei tuvo buena recepción entre las mujeres mexicanas? 

México es un país católico. Es cierto que hubo una revolución anticlerical a comienzos del siglo XX, pero mucha gente vivía la fe. En ese contexto se ve que desde el principio el mensaje de santificación en medio del mundo tuvo muy buena acogida entre hombres y mujeres de distintas condiciones sociales. 

Esas primeras mujeres de la Obra al llegar a México tenían varios objetivos. Uno fue impulsar a las mujeres de diversos ámbitos sociales. Para ello instalaron residencias universitarias, pusieron en marcha el Colegio Montefalco y muchas otras iniciativas.

En ese contexto social mexicano, ¿cómo fueron percibidos esos proyectos sociales y educativos? 

Las iniciativas tuvieron tanto críticas como apoyos. En algunos testimonios se lee que había personas que criticaban abiertamente a estas jóvenes por intentar hacer un proyecto educativo y una casa de retiros en Montefalco, un lugar que por entonces estaba totalmente abandonado, sin servicios de agua, electricidad ni nada. Era el nido de todos los animales de la zona. Sin embargo, estas mujeres se encargaron de limpiar un trozo de ese terreno y un sector de la construcción que estaba en pie. Acondicionaron como pudieron el lugar, dejándolo lo más digno posible y con escasos recursos comenzaron las primeras actividades. Claro, que así como hubo personas que las criticaban o se burlaban de ellas, también hubo muchas otras que se asombraron y se entusiasmaron con el proyecto de Montefalco. 

Otras iniciativas, en cambio, tuvieron mejor recepción desde el comienzo. Por ejemplo las dos residencias universitarias para chicas, una ubicada en el Distrito Federal y otra en Monterrey. También el Colegio Chapultepec que montaron en el estado de Sinaloa. Este proyecto comenzó primero con una guardería y, unos años más tarde, formaron un colegio con una parte femenina y otra masculina. Muy pronto la institución tuvo la fama de ser el mejor colegio del estado, con docentes de primer nivel graduadas en la universidad. 

En definitiva, a todas esas iniciativas se fueron acercando mujeres con ciertas inquietudes espirituales, que eran piadosas y tenían gran devoción a la Virgen. Muchas de ellas pidieron la admisión al Opus Dei; y en pocos años hubo numerosas vocaciones en México. Según he leído en los diarios de los centros y en las cartas, a muchas chicas y señoras les atrajo el mensaje de santificación, la posibilidad de tener formación cristiana y teologal, y de cultivar su piedad. 



Guadalupe Ortiz de Landázuri durante sus años en México.

¿Cómo fueron los años de Guadalupe Ortiz de Landázuri en México? 

Ella vivió en México entre 1950 y 1956. Durante esos años la labor apostólica creció mucho. Guadalupe era una persona muy simpática, nada convencional, auténtica, sencilla y fuerte. A mi modo de ver, tenía lo que siempre decía el fundador: una unidad de vida. Lograba con sus acciones y sus palabras transmitir mucho entusiasmo.  

Entre sus mayores preocupaciones estuvo la formación de todas las mujeres que pedían la admisión al Opus Dei. En consonancia con lo que el fundador les transmitía, estaba convencida de que era necesario que todas recibieran formación en virtudes humanas y cristianas así como también una formación teologal sólida para poder ser formadoras de otras mujeres. 

Esa preocupación se vió reflejada, entre otras cosas, en el propósito de enviar a jóvenes mexicanas a estudiar a Roma. Allí san Josemaría había fundado en 1953 el Colegio Romano de Santa María, un centro de estudios internacional que ha recibido a lo largo de las décadas a cientos de mujeres de todo el mundo. Por supuesto que nunca había dinero necesario para cubrir todas las necesidades de las actividades apostólicas. Sin embargo Guadalupe, con ese carácter tan específico de ella, hacía hasta lo imposible para conseguir el dinero y  enviar pequeños grupos de mexicanas a Roma.

¿En qué medida México colaboró con la expansión del Opus Dei que se producía durante esos años?

A mediados del siglo XX se dio una importante expansión del Opus Dei por distintos países. En América entre 1950 y 1956, además de comenzar la labor en México y Estados Unidos, se inició en Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Guatemala, Perú, Ecuador y Uruguay. Por lo general se organizaban pequeños grupos de dos o tres mujeres españolas que viajaban en lo posible juntas y se instalaban en el nuevo destino. 

Por lo que he visto en la correspondencia de Guadalupe, cada una de esas chicas que iba a comenzar a un nuevo país de ese inmenso continente le escribía inmediatamente. En esas cartas le contaban cosas, le pedían consejos pero también le pedían ayuda para sacar adelante la labor. 

Por ejemplo, Narcisa González Guzmán (Nisa), llegó a Estados Unidos a comenzar el Opus Dei, y desde allí mantuvo una estrecha correspondencia con Guadalupe. Frente al rápido crecimiento de la labor en México, en comparación con Estados Unidos, Nisa le pidió a Guadalupe ayuda, que algunas jóvenes mexicanas fueran a ese país. Lo curioso fue que mientras en Estados Unidos faltaban vocaciones para atender la labor, no faltaban los medios económicos. En parte porque las mujeres que se acercaban a las actividades organizadas por la Obra realizaban mucha acción social, por lo que ayudaron a conseguir bastantes medios materiales. En cambio, en el país vecino la situación era distinta: había muchas vocaciones pero faltaban los medios materiales y económicos. Entonces, a partir de las cartas, se puede decir que entre ambos países se dio una ayuda mutua: muchas veces desde Estados Unidos se enviaban recursos (dinero y ropa); mientras que algunas mexicanas viajaban a colaborar en las actividades apostólicas. 

También desde México se apoyó y ayudó a otros países del continente americano en los comienzos de la labor del Opus Dei. De hecho, algunas numerarias mexicanas viajaron a Chile, Colombia, Venezuela, Argentina, Perú y Guatemala.  



Carta de Margarita Barturen a Guadalupe Ortiz de Landázuri (Chicago, 1954).


¿Cómo apoyó o alentó el fundador desde Roma a las españolas que se trasladaron a México para comenzar la Obra?

En el archivos se conserva la correspondencia de Guadalupe, y se ve un constante flujo de cartas entre ella y la Asesoría Central. En esas cartas, Guadalupe les transmitía los detalles de la labor en México: los proyectos, las vocaciones y las dificultades. La Asesoría le respondía siempre con alguna recomendación pero, también, muchas veces proponían a las mexicanas planes y metas, e incluso en ocasiones pedían que alguna numeraria se trasladara a otro país. 

También Guadalupe mantuvo correspondencia fluida con el fundador. En esas cartas se ve  una gran transparencia, le contaba absolutamente todo. Desde los proyectos que tenían entre manos, las gestiones e imprevistos que surgían hasta cosas de su vida interior. Todo está volcado en esas cartas, a las que el fundador respondía con consejos y palabras de aliento. 

BUSCADOR NOTICIAS

BUSCADOR NOTICIAS

Desde

Hasta