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Los nombres de las casas en Navarra se mantienen más en la zona vascófona

Mikel Belasko, de la Sociedad Vasca de Onomástica, participa en el curso de la Universidad “De Engracia a Garazi: el misterio de los nombres en Navarra”

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El vicepresidente de la Sociedad Vasca de Onomástica, Mikel Belasko, durante su conferencia en el curso de la Universidad de Navarra FOTO: Cedida
26/05/17 20:30

“La permanencia de los nombres de casas en Navarra es superior en la vertiente cantábrica, donde en algunos casos se pueden rastrear hasta el año 1500”. Así lo afirmó Mikel Belasko, vicepresidente de la Sociedad Vasca de Onomástica, durante el curso “De Engracia a Garazi: el misterio de los nombres en Navarra”, organizado por la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra.

Sin embargo, en el caso de valles como los de Valdizarbe y Valdemañeru -en la zona media de Navarra-, donde el experto ha realizado un estudio, el porcentaje de los nombres de casas que han llegado desde 1850 hasta hoy se cifra en torno al 45%. Mikel Belasko señaló que su vigencia temporal es de unos 150 años, mientras dura la memoria del propietario. “La mayor parte tiene su origen en el siglo XIX y son relativamente pocas las que pueden mostrar su origen anterior. Y en más de la mitad de los casos el nombre hoy en uso guarda relación con la actual familia propietaria, o con la que lo fue previamente”.

Asimismo, este filólogo se refirió a las casas que generan apellidos, situadas principalmente también en la vertiente cantábrica de Bizkaia, Gipuzkoa, Navarra, Baja Navarra y en concreto en la Comunidad foral, en los valles de Larraun, Basaburua, Ultzama, Aezkoa, Salazar y de manera irregular en la Barranca, en la cuenca de Pamplona y en los valles orientales.

Amaia, “el nombre favorito de la censura”

En el curso organizado por la Universidad de Navarra también intervino Mikel Gorrotxategi, secretario de la Comisión de Onomástica de Euskaltzaindia, que habló sobre la “Evolución del nombre de pila en Navarra”. Según dijo en su intervención, los primeros nombres en euskera en la Comunidad foral pertenecen a la época romana, pero en el siglo XVI fueron desapareciendo y no se empezarían a recuperar hasta 1971.

En este sentido, mencionó el ejemplo de Amaia, “el nombre favorito de la censura”. “En 1970 el juez de Iruñea prohibió el registro de Amaia, considerándolo 'extravagante, irreverente y que suponía una afrenta al creado y sentimiento religioso católicos…' . Sin embargo, en Navarra viven 107 'Amaia' anteriores a ese año”, señaló.

Sobre las tendencias a la hora de poner nombres en Navarra en los últimos años, Mikel Gorrotxategi indicó que predominan los nombres en euskera, no compuestos y cortos. Asimismo, destacó que “utilizar el mismo nombre del padre es extraño en País Vasco y Navarra (sólo el 7%)”.

Además de estos dos especialistas, diversos lingüistas vascos, historiadores y heraldistas se han reunido en el curso organizado por la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra, celebrado en Civivox Condestable. El programa ha terminado hoy, viernes 26, con una visita guiada a Lesaka, villa que conserva y pone en valor los nombres de sus casas.

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