Florentino Pérez-Embid (1918-1974) estudió Historia en la Universidad de Sevilla. En el curso 1942-43 había entablado amistad con Vicente Rodríguez Casado, catedrático de Historia Moderna y Contemporánea Universal recientemente llegado a Sevilla, quien le presentó al fundador del Opus Dei y, enseguida, Pérez-Embid pidió la admisión en esta organización católica.

Entre sus actividades culturales cabe destacar la fundación de la editorial Rialp y la subdirección en las revistas Arbor y Cuadernos Hispanoamericanos. Poco después de obtener la cátedra de Historia de los Descubrimientos Geográficos y Geografía de América, fue nombrado director general de Propaganda y presidente del Ateneo de Madrid en 1951.

En política se le podría calificar de monárquico y colaboracionista con el régimen, ya que fue procurador en Cortes durante tres legislaturas y miembro del consejo privado de Juan de Borbón. Al final de sus días, fue rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y director general de Bellas Artes. Murió en Madrid al poco de cumplir 56 años.

Dentro de la intelectualidad del franquismo se le podría definir como un gestor de empresas culturales, un hombre dinámico y emprendedor, al servicio de una visión conservadora y católica de la vida en sintonía con el statu quo. Sus amigos le recordaron como una persona con don de gentes, capaz de formar equipo y de crear una red intelectual en favor del pensamiento cristiano.