El hábito del ejercicio físico modifica la actividad cerebral y la toma de decisiones sobre esfuerzo, según un estudio de la Universidad
Javier Bernácer, del ICS, ha liderado el trabajo, en el que han colaborado voluntarios sedentarios antes y después de un programa de ejercicio de 3 meses
FOTO: Manuel Castells
Entrevista a Javier Bernácer (mp3)
Adquirir el hábito de realizar ejercicio físico cambia el modo en que se toman las decisiones relacionadas con el esfuerzo y modifica la actividad cerebral. Esta es la principal conclusión de una investigación liderada por Javier Bernácer, del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, y publicada en Neuroimage, la revista científica más importante del mundo en su campo y cuarta mejor en neurociencia cognitiva.
En el estudio se realizó un test conductual y un escáner cerebral a un grupo de estudiantes universitarios sedentarios antes y después de un programa de ejercicio físico de tres meses. Los voluntarios debían elegir entre dos opciones para ganar 30€ a cambio de cierto esfuerzo físico. Por ejemplo, podían escoger entre correr 10 minutos en una cinta, con una probabilidad del 30% de conseguir el dinero; o 30 minutos con una probabilidad del 70%.
El equipo investigador comprobó cómo antes del programa de ejercicio la mayoría de los sujetos tendía a elegir las opciones que conllevaban menor esfuerzo y, después de tres meses, se decantaban por la opción de mayor probabilidad. De este modo, una vez adquirido el hábito del ejercicio, “al tomar una decisión, el valor que damos al esfuerzo físico es menor”, detalla Bernácer.
Investigación interdisciplinar en Filosofía y NeurocienciaCon respecto a la actuación del hábito en el nivel cerebral, Javier Bernácer señala que al adquirirlo “se ha detectado una mayor conectividad entre dos áreas: la amígdala y el cíngulo anterior”. De hecho, el artículo ha sido pionero en confirmar cómo pueden cambiar esas señales longitudinalmente analizando el antes y el después.
Así, se encontró que estas regiones del cerebro se han visto fortalecidas con el hábito y, además, emiten una señal que se correlaciona con ese coste del esfuerzo. “Tienen una actividad más coordinada cuando dicho coste es menor”, concreta. Además, el experto menciona que, una vez adquirido el hábito, la señal cerebral asociada al coste del esfuerzo disminuye porque correr ya no supone tanto trabajo.
En última instancia, la investigación trata de aproximarse de manera holística e interdisciplinar al concepto de hábito desde la Filosofía y la Neurociencia. “Debemos seguir estudiando este tema para saber si esta conectividad es específica del ejercicio físico o puede generalizarse a los hábitos de perseverancia y constancia”, concluye Bernácer.
El artículo está firmado por especialistas del Grupo ‘Mente-Cerebro’ del ICS, el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra.