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Verónica Villalobos, malagueña de 21 años, no ha empezado el curso con sus compañeros de 4º de Grado en Enfermería. Ha decidido cambiar las aulas de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra por las del centro de formación de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado. Se une así a esta congregación para "amar Cristo y a los demás". Aquí nos cuenta cómo cambió su rumbo:

¿Cuándo tomaste esta decisión?
Es algo que viene de hace tiempo. Me sentía vacía e inquieta, pero nunca se me ocurrió ser monja. No conocía ninguna joven, solo sabía que la mayoría eran viejecitas y que cantaban bien (se ríe). Hasta que vi en la oración que Dios me pedía que fuese pobre, que todo mi tiempo fuese para Él porque era lo único que podía saciar ese vacío. También me ayudó mucho vivir de cerca la ordenación de dos de mis hermanos. Al verles ordenarse, me pregunté: "Ellos están dando todo por Cristo, por amor a Dios y a las almas, y ¿tú qué estás haciendo?" Ahí decidí que también quería dedicar todo mi tiempo a Dios y a los demás.

Te falta un curso para acabar el grado, ¿no pensaste en acabarlo primero?
Todo el mundo me pregunta esto (se ríe) y yo lo entiendo, pero Dios me ha llamado este año y no el que viene y es ahora cuando le respondo. Hay que confiar, Él sabrá por qué. Si yo me muriese dentro de cinco meses, donde me gustaría estar es con Él en el convento, dando gloria a Dios y a las almas. Quien sabe, a lo mejor vuelvo más adelante a acabar la carrera.

¿Estás segura?
Sí, es algo que he pensado mucho. Por ejemplo, el año pasado estuve de prácticas en Oncología en la Clínica Universidad de Navarra y yendo un día a ver un paciente con un sacerdote pensé "qué envidia me da, su labor me encanta porque es curar el alma" y ahí vi que Dios me pedía que también intentará aliviar el alma de los demás.

¿Por qué has elegido a la Familia Religiosa del Verbo Encarnado?
Dios me pedía que fuese pobre y que estuviese muy bien formada para acercarle a la gente y en esta congregación se recibe muy buena doctrina y se vive de la Providencia, de las donaciones que reciben. Son pobres, todo lo hacen gratis, por amor a Dios y a las almas, pero son las más felices. También supe que era mi sitio porque cuidan mucho la Liturgia, algo que valoro mucho.

¿Estás nerviosa?
Estoy tranquila.