Después de 25 años de servicio, el catedrático y director del Máster de Derecho Digital, Eduardo Valpuesta, deja la dirección del Programa de Doctorado de la Facultad de Derecho. El profesor hace balance:  “El doctorado es el grado académico más alto que se puede obtener, muestra la ilusión y la investigación que puede generar una Facultad, y por eso la nuestra se ha ocupado de ello desde sus inicios”, asegura.

Iniciado en el año 2011, el «Programa de Doctorado en Derecho de la Sociedad Global»  supone un paso más dentro del programa y la continuación de una tradición en la formación de doctores. En 1964 se defendió la primera tesis y desde entonces, son ya más de 450 las defendidas. 

- ¿Con qué objetivos se pone en marcha el Programa de Doctorado?

Hasta 2011 los Programas de Doctorado españoles tenían una estructura muy básica, definiendo líneas genéricas de investigación y organizando una docencia de formación de los alumnos (los llamados «cursos de doctorado»). El RD 99/2011 obligó a elaborar toda una Memoria con una temática central Programa, medios de formación, y unas líneas de investigación basadas en la trayectoria del profesorado. Y cada cinco años Aneca va comprobando que el desarrollo del Programa cumple esos objetivos y la calidad de la investigación de los directores y de las tesis defendidas. 

- 25 años al frente del programa, ¿que destacaría de toda esta trayectoria?

Parece mentira que hayan pasado 25 años desde mi nombramiento en 1996. En este periodo se han defendido 181 de las 450 tesis totales. Lo que destacaría es, siempre, la ilusión y el interés de directores y de alumnos; y el apoyo constante desde la Junta Directiva, con la ayuda inapreciable e imprescindible de todos, con especial mención a la dedicación de Sagrario Sevillano y de Jerusalén Elío. El espíritu de servicio ha sido fundamental: siempre que ha habido necesidad de algo, los compañeros no han escatimado su ayuda. Uno de los hitos importantes fue obtener la Mención de Excelencia del Ministerio de Educación para los cursos 2011-2012 a 2013-2014, con una valoración global ponderada de la ANECA de 85 sobre 100. Fuimos unos de los poquísimos programas de doctorado en Derecho que la obtuvo y es una Mención que no se ha vuelto a convocar.

- ¿Qué se lleva de estos 25 años?

Lo más importante que me llevo es el cariño que he recibido de todos los alumnos que han pasado por el Programa en este tiempo. Sólo tengo palabras de agradecimiento para todos los componentes de la Facultad y para todos los alumnos y doctores que se han integrado en nuestra formación.

- A modo de anécdota, ¿tiene en su memoria alguna tesis o investigación singular por alguna circunstancia?

Ha habido muchas, pero especialmente me quedo con una:  el día en que pusieron la última bomba en la Universidad, creo que fue el 30 de octubre de 2008, estaba prevista la defensa de tesis de un querido compañero, Juan Carlos Hernández, que ahora es profesor de la facultad. La defensa se iba a realizar en el Aula Magna, en el mismo edificio en que se puso la bomba. El director de la tesis, y en aquel entonces Vicerrector de la Universidad, Borja López Jurado, decidió defenderla en las instalaciones de un hotel de Pamplona, porque había que demostrar que la bomba no afectaba a la vida académica. Así se realizó. El conocimiento debe prevalecer sobre la sinrazón de la fuerza.

- ¿Cuáles han sido sus principales funciones como coordinador del programa?

Las funciones son atender y resolver las solicitudes de admisión, comprobar que cada año se cumplimentan los informes correspondientes, y resolver distintas incidencias (interrupciones, bajas por enfermedad, etc.). Pero mucho más importante que la tramitación burocrática es transmitir apoyo, ilusión y cariño a los solicitantes y a los alumnos, que se sientan acogidos y que sientan que la facultad se preocupa por ellos.

- ¿Cuáles son los objetivos/retos de futuro que se plantea el programa?

Creo que los objetivos son muy claros:  seguir dando cauce a las inquietudes de alumnos que desean obtener el grado de doctor y lograr unas excelentes tesis doctorales, que vayan acompañadas de publicaciones. Por supuesto, también hay que cumplir las directrices y requisitos fijados por la normativa vigente, pero debe primar la ilusión por encima de lo estrictamente burocrático. Estoy seguro de que la nueva directora del Programa fijará sus propios objetivos y logrará un Programa de altísima calidad investigadora y humana.