“Los antibióticos son fármacos empleados para el tratamiento de infecciones bacterianas, pero si se usan indiscriminadamente pueden dar lugar a la aparición de bacterias resistentes, es decir, que ya no son sensibles a un determinado tratamiento al que antes sí lo eran. Y esto es una problemática actual que se agrava más cada día”. Sabrina Colby, alumna de 4º de Farmacia, explica así la iniciativa de informar sobre esta situación mediante la realización de posters divulgativos y científicos que se expondrán durante la celebración de la Semana de Concienciación sobre la Resistencia a los Antibióticos. La muestra de 15 pósteres se podrá visitar en el Transiberiano que une el Edificio de Ciencias con el Edificio Los Castaños del 18 al 25 de noviembre y se enmarca en la asignatura “Análisis y Diagnóstico de Laboratorio”.

Alejandra Juan, por su parte, analiza la problemática con un ejemplo sencillo: “Cuando una bacteria se expone a una concentración baja de antibióticos se ‘acostumbra’ y en una próxima exposición el antibiótico no será capaz de eliminarla”. Además, detalla que adquirir una infección por una bacteria resistente conlleva a la aparición de infecciones más fuertes y difíciles de tratar porque agotamos poco a poco nuestra cartera de opciones terapéuticas y que ponen en riesgo la vida del paciente. “Como profesionales sanitarios, tenemos la responsabilidad y la obligación de dar voz a esta problemática, pues se estima que en un futuro no demasiado lejano, pueda convertirse en una importante causa de muerte”.

A modo de síntesis, los alumnos proponen algunos consejos sencillos que cualquier persona puede poner en práctica y que contribuyen a un uso prudente y eficaz de los antibióticos:

1. No automedicarse.

2. Utilizarlos siempre bajo prescripción médica.

3. Completar el tratamiento aunque hayan desaparecido los síntomas.

4. No reutilizar antibióticos de tratamientos previos.

5. Si hay tratamiento sobrante (blisters, jarabes, suspensiones), llevarlo al punto Sigre de la farmacia.