El pasado martes, 9 de mayo de 2023, se celebró en el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra la Jornada ‘¿Qué es ser adulto en el siglo XXI? Evidencias desde las ciencias sociales', organizada por el grupo de investigación 'Jóvenes en transición' en el marco del Reto ICS 2022-2023 'Jóvenes, relaciones y bienestar psicológico'. Durante el evento, se presentaron las primeras conclusiones del proyecto "Transiciones a la vida adulta en el siglo XXI" que propone un marco interdisciplinar para estudiar la juventud e identificar las herramientas relacionales y psicológicas que los jóvenes pueden desarrollar para afrontar con éxito los retos de la vida adulta.

Según Javier García Manglano, investigador principal del grupo, los jóvenes de hoy afrontan la transición a la vida adulta en un contexto social incierto y cambiante. La mayoría de los jóvenes no siguen hoy la secuencia de eventos que marcó el camino de generaciones anteriores: completar los estudios, conseguir un trabajo estable, emanciparse, casarse y tener hijos. Para comprender esta etapa vital en el marco actual, el proyecto ha investigado las creencias de jóvenes españoles y los recursos que favorecen la construcción de la identidad a través de dos tesis doctorales y un extenso trabajo de campo, con datos cuantitativos y entrevistas cualitativas.

Matrimonio y compromiso

En un contexto de baja fecundidad, inestabilidad laboral, incertidumbres y cambios de creencias, Cecilia Serrano ha profundizado en el conocimiento del imaginario social de los jóvenes españoles sobre el matrimonio y las relaciones de pareja. A través de la teoría del paradigma marital, ha tratado de entender las prioridades y obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes. Según la investigadora predoctoral, las creencias en torno al matrimonio son muy heterogéneas: “La mayoría no le da mucha importancia y cree que el contexto económico es crucial para formar una familia”, ha señalado. Sin embargo, ha destacado que el factor económico no está ligado a la idea de tener pareja o comprometerse en una relación.

Asimismo, ha comprobado que la forma en que los jóvenes prevén en el futuro, priorizar sus relaciones de pareja, su trabajo, su ocio o su paternidad afecta tanto a decisiones futuras como a los comportamientos en este periodo de vida. “Una orientación más familiar se vincula con relaciones más comprometidas y con menos actividades de riesgo, sobre todo para los hombres”, ha asegurado.

Bienestar psicológico

Además, de las creencias, el proyecto ha incidido en la importancia del desarrollo de la identidad para afrontar los retos de la vida adulta. Claudia López Madrigal ha investigado una serie de recursos cognitivos y comportamentales que favorecen la construcción de una identidad adulta, así como la relación de estos factores con la salud mental (ansiedad, depresión y estrés) y el bienestar (satisfacción con la vida y prosperidad).

Según López Madrigal, “la adquisición de recursos personales importa ya que se encuentra vinculado a una identidad adulta y social”. Ha concluido que la adquisición de mayores recursos personales se asocia con transiciones relacionales (ej. casarse y tener hijos), así como con mejores niveles de salud mental (ansiedad, depresión, estrés) y bienestar (prosperidad y satisfacción con la vida).

El proyecto "Transiciones a la vida adulta en el siglo XXI" está financiado por las ayudas económicas para la realización de proyectos de investigación del Plan de Investigación Universidad de Navarra (PIUNA).