2016_2_18 DERCAN noticia: Pedro Juan Viladrich es uno de los grandes renovadores de la ciencia del Derecho Canónico

El pasado miércoles 17 de febrero tuvo lugar en el Aula Magna de las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra el acto académico en homenaje al profesor Pedro Juan Viladrich, catedrático de la Facultad de Derecho Canónico del mismo centro académico, con motivo de su septuagésimo aniversario. Acudieron los profesores del claustro de la Facultad, alumnos, colegas y familiares del homenajeado.

Empezó con la intervención de Héctor Franceschi, profesor ordinario de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, quien destacó que Viladrich había sido un maestro no solo para él, sino para varias generaciones de canonistas, ya que desde los inicios había entendido  la necesidad de recuperar el diálogo del patrimonio jurídico de la Iglesia en relación con el matrimonio y la cultura actual, y hasta qué punto la ciencia  influye en el matrimonio, la paternidad y la familia en las culturas occidentales de raíces profundamente cristianas. "Se ha construido un sistema matrimonial a espaldas del sistema matrimonial canónico, afirmó; lo único en común son las palabras, pero nada más". A lo largo de su trayectoria profesional, el profesor Pedro Juan Viladrich ha trabajado en la verdadera definición del matrimonio. Concluyó su intervención con el deseo de que el Derecho Canónico no se reduzca a los procesos de nulidad, sino que se trabaje en comprender la belleza del matrimonio y la familia, también en los manuales de texto. "El canonista debe tener una fuerte base antropológica, un interés interdisciplinar, si no, nos convertiríamos en técnicos y no en aquel que busca lo justo, lo verdadero", aseguró el profesor Franceschi.

Por su parte,  Carlos Martínez de Aguirre, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza y presidente del observatorio The Family Watch, trazó las líneas más importantes de la destrucción actual del matrimonio "no hemos asistido a un mero cambio de las reglas del juego: ha cambiado el juego", afirmó. "El Derecho Canónico aporta al Civil una antropología y es posible construir", aunque la clave no solo es jurídica. Apeló a la necesidad de "apoyarse en los datos de la sociología, la medicina, que tozudamente nos dicen que uno con una funciona mejor, y que el divorcio tiene consecuencias perjudiciales para la sociedad". Y propuso recuperar el sentido del matrimonio a través de la filiación, que sí es perpetua.


Después de una pausa intervinieron Javier Escrivá-Ivars, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia y director del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Navarra, así como Javier Ferrer, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza.
 

Intervención del profesor Pedro Juan Viadrich

En su parlamento el profesor Pedro Juan Viladrich después de explicar cómo llegó al Derecho Canónico sin pretenderlo, "jamás pensé en ser canonista; yo quería ser actor de teatro", aseguró, lo hizo de la mano de los profesores Javier Hervada y Pedro Lombardía. Utilizó la figura de la semilla y sus tempos para explicar la importancia de la pasión en lo que hacemos y amamos, la fuerza transformadora del amor y la fecundidad que deriva de él.

El fundador y primer director del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Navarra explicó que "al tiempo que siembra, el sembrador debe renunciar alegremente a ver los frutos, actitud compatible con la entrega total a unas circunstancias que no elegimos, pero a las que podemos sacarles lustre. Porque quien ama ve luz en su amado. El amor -aseguró- no depende de la compensación de nuestro amado, sino de lograr ver lo amable que tiene, ya sea persona o circunstancia". Hay que sembrar bondad y honestidad. "Entonces esa semilla siempre es fecunda -continuó-: no hay diferencia entre amor y fecundidad". Alertó del peligro del cansancio, que acecha cuando se percibe la realidad como una derrota general. "Estamos sembrando, recordó, el fruto inmediato de la semilla es pudrirse, estar en la negrura". No podemos perder la fe de que si somos una buena semilla, de nosotros siempre saldrá fruto.

Finalmente, el decano de la Facultad de Derecho Canónico, el profesor Antonio Viana, clausuró el acto mencionando las numerosas adhesiones recibidas, entre las que destacó la del Cardenal Julián Herranz, en la que afirma que el homenajeado que es uno de los "grandes renovadores de la ciencia del Derecho Canónico", a lo que el decano añadió que lo "ha sido y sigue siendo con sus escritos y con su docencia".