2014_05_16_ICS_Los que rechazan la moda pretenden ser diferentes, un aspecto que comparten con los adictos a la moda

Laura Bovone, colaboradora del proyecto ‘Cultura Emocional e Identidad' (CEMID) del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) –que patrocina Seguros Zurich-, ha publicado el libro Rappresentarsi nel mondo. Comunicazione, identità, moda. Esta publicación analiza el potencial comunicativo de la moda y cómo la forma de vestir es una "segunda piel" con la que nos mostramos en público. Laura Bovone es profesora de Sociología de la Comunicación en la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán.

¿Por qué le interesa el conflicto entre moda e identidad?

Me atrae la forma en la que la gente comunica su interior, cómo esta comunicación es posible en nuestra sociedad y cómo a su vez refuerza la existencia de la sociedad. La moda constituye un importante instrumento de comunicación de la identidad.

La moda nos identifica con un grupo social. ¿Por qué algunos grupos la convierten en un estilo de vida?

Siempre ha habido grupos de personas que rechazan la corriente principal y se presentan como agentes de una tendencia anti-moda. Esto no significa que no estén interesados en la moda y principalmente en la forma de vestir. Al final, lo que pretenden es ser diferentes, un aspecto que comparten con los adictos a la moda.

En un mismo año hay varias tendencias. ¿Afectan estos cambios a la identidad personal?

Yo entiendo la producción de moda como un gran armario donde cada uno puede elegir la ropa según sus valores, emociones, planes etc. Está claro que la moda es un instrumento importante para transmitir nuestra identidad pero no constituye la única vía para expresarnos. Hay otras formas de hacerlo como, por ejemplo, sonreír mientras hablamos o cortarnos el pelo de una determinada forma.

¿La forma de vestir puede verse como una máscara que oculta la verdadera identidad de las personas?

Es muy difícil comunicar la identidad porque la sentimos dentro y decidimos si la queremos exteriorizar o no. Podemos hacerlo con nuestro exterior: cuerpo, voz, gestos, ropa, objetos, prácticas sociales… Por otro lado, nos gustaría captar la identidad de los demás, pero para ello solo contamos con su apariencia. Como la Sociología es una disciplina empírica, trata con la identidad representada.