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“La salud mental de los estudiantes se vuelve vulnerable en la etapa universitaria”

Ursula Paiva Vargas, psicóloga general sanitaria, desarrolla en el ICS la tesis doctoral “Salud mental y bienestar de estudiantes universitarios”


FotoLaura Rojas Ríos/Ursula Paiva realiza su tesis doctoral en el ICS sobre salud mental en universitarios

14 | 12 | 2023

Estrés por la presión académica, desarrollo de trastornos mentales o desequilibrio de los hábitos saludables. Son algunas de las consecuencias que los estudiantes pueden experimentar en la etapa universitaria. Ansiedad y depresión son los trastornos que aparecen de forma más habitual y por los cuales resulta importante cuidar los hábitos saludables.

La salud mental en estudiantes se pone sobre la mesa tras haber estado años oculta. El incremento del malestar en los estudiantes ha propiciado su visibilidad al mundo. Para comprender mejor las implicaciones de los trastornos de ansiedad y depresión en el ámbito universitario, hablamos con Ursula Paiva Vargas, psicóloga general sanitaria y personal investigador en formación en el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra. Esta experta se encuentra desarrollando la tesis doctoral “Salud mental y bienestar de estudiantes universitarios”.

Paiva, 27 años, de Perú, atesora dos másteres, uno en Psicología General Sanitaria y otro en Terapias de familias y parejas. Está especializada en temas como las emociones, la salud mental, la psicoterapia, la terapia "online" o la psicología clínica. La experta investiga en la actualidad acerca de la salud mental como parte del equipo del ICS. Además, colabora en COMPASS, la unidad de orientación y bienestar a los alumnos en la Universidad de Navarra.

¿Cómo define usted el paso a la etapa universitaria?

Es como un hito clave en la historia de vida de cada persona. Dejamos atrás nuestra parte segura, nuestro hogar y nuestros padres -a pesar de que muchos siguen viviendo con ellos- para empezar a asumir nuevas responsabilidades en el mundo de adultos. Es una etapa en la que dejas de ser un niño y empiezas a ser adulto.

¿Cree que es un tema que preocupe en la actualidad?

Creo que es un tema que se está abordando cada vez más, porque se está viendo un incremento de malestar generalizado por parte de los estudiantes y también está teniendo mucha repercusión en la parte de salud mental, que se ve reflejada en el ámbito académico, social y personal.

¿Por qué afecta tanto este cambio?

Por el mismo hecho de que es un hito en la historia de vida. Es una etapa de muchos cambios en muchos aspectos de la vida. Los universitarios ya no están bajo la protección de sus padres o ya no lo están tanto. Pasan a ir desarrollando una identidad propia y asumiendo lo que viene con ella en esta nueva etapa. Este cambio se junta con el proceso biológico de maduración de los estudiantes donde pueden desarrollar enfermedades psiquiátricas o mentales.

¿De qué manera afecta?

Pueden derivar estrés por la presión académica, pueden desarrollar trastornos mentales y también puede haber un desequilibrio en los hábitos saludables por falta de tiempo. El mal uso del tiempo es lo que lleva justamente al estrés. También la depresión es el trastorno mental más frecuente. Es muy probable que, al menos, una de cada cinco personas lo padezcan en algún momento de su vida.

¿Qué factores influyen en la salud mental de los estudiantes?

Influyen muchos factores en esta etapa. Principalmente, la presión académica porque, muchas veces, hay un exceso de carga académica que es diferente a la carga que tenían en el instituto. También influye la presión social, el querer sentirse parte o formar parte de un grupo de amigos.

Aunque también hay otros factores que pueden influir como las transiciones importantes en la vida: los problemas económicos, los problemas de salud física, las presiones para tomar decisiones importantes y la incertidumbre sobre el futuro.

¿Y qué hay del COVID? ¿Qué papel ha jugado el COVID en la salud mental de los estudiantes?

La pandemia nos puso en una situación de vulnerabilidad en la que nos mantuvimos alejados de nuestros seres queridos y los jóvenes estaban justamente en la etapa en la que lo más importante era relacionarse. La socialización con otras personas se vio afectada. Además, el hecho de vivir con incertidumbre durante un largo tiempo, por no saber cuánto duraría la pandemia o cuándo terminaría, provocó que aumentaran los casos de ansiedad y depresión.

Usted mencionaba anteriormente la presión académica, ¿cómo se puede lidiar con esa presión?

A veces te esfuerzas mucho en conseguir buenas notas, pero no siempre se consiguen. Entonces, hay que tener en cuenta tus expectativas, porque muchas veces se ven derrumbadas. Es importante ser consciente de que, por ejemplo, un examen no es nuestra vida entera. Deben tener en cuenta que solo ha ido mal el examen y que eso no quiere decir que seas una mala profesional. Muchas veces, vamos a tener que ajustar expectativas para ser conscientes de esto. También poner límites porque, en muchos casos, existe presión de los padres o presión hacia uno mismo para dar más de sí.

¿Hasta qué punto puede llegar a influir la obtención de una mala nota?

Todo depende de qué factores están implicados. Si simplemente ha sido una mala nota, puede que se sienta peor consigo mismo o que sienta que su esfuerzo no ha valido la pena. También puede ser que su sensación de ser bueno en algo desaparezca. Sin embargo, si hay otros factores implicados, como la presión por parte de los padres o estar pasando por una mala racha debido a un motivo concreto y, además, se están dejando de lado los hábitos básicos. Puede que estos factores den lugar a un deterioro en su bienestar emocional o en su autoestima.

La presión académica y social influyen en la salud mental de los estudiantes

Talleres de prevención

¿Cree que las universidades se preocupan por estos asuntos?

Sé que algunas universidades cuentan con una unidad de psicología y de atención al alumno. Otras, llevan a cabo actividades de prevención. En mi opinión, creo que nunca está de más llevar a cabo actividades para promover el bienestar emocional. Por ejemplo, en nuestra universidad existe COMPASS, una unidad de orientación a los alumnos. Además, se han creado talleres dentro de la unidad de la Unidad de salud y bienestar dirigidos justamente a prevenir todo esto. Hay talleres para la organización del tiempo, para prevenir el estrés ante los exámenes o para cuidar hábitos básicos, entre otros.

¿Qué más nos puede contar sobre la iniciativa COMPASS?

COMPASS es la unidad de orientación y bienestar de la universidad. Es un servicio de apoyo y asesoramiento que se ofrece a los alumnos para poder orientarles en su paso por la universidad. Desde gestión del tiempo y del estrés, hasta orientación en asuntos personales o cualquier dificultad que puede estar viviendo el alumno. De forma complementaria, se desarrollan otras actividades como los talleres.

¿Y cuál es el papel de los padres?

Su papel es muy importante porque, en mi opinión, todo deriva de la familia. La familia es el pilar principal donde se educan, se desarrollan y donde aprenden a ser adultos tomando de ejemplo a sus padres. Tener unos padres presentes es clave, tener buena comunicación y una relación estrecha con ellos es fundamental para crecer bien y recibir una buena orientación.

¿Cómo de importante es hablar con alguien si tienes un problema de salud mental?

Es muy importante porque, por un lado, puedes sentirte apoyado y te pueden orientar. Por otro lado, te puedes sentir identificado y decir “también me pasa lo mismo y lo que yo hice fue acudir a un profesional”. O, simplemente, te puede dar apoyo emocional, que es algo fundamental porque muchas de nuestras preocupaciones se solucionan hablando con los demás. Somos seres sociales, el apoyo social es algo imprescindible y, sobre todo, en esta etapa en la que los jóvenes necesitan relacionarse.

¿Por qué cree que hay alumnos que no hablan sobre ello y les cuesta admitir que tienen un problema?

Muchas veces ocurre por vergüenza, por falta de conocimiento del tema o porque nadie les ha hablado de eso y sienten que no es lo habitual. Otro de los puntos que impide que vayan a un profesional es no asumir que necesitan ayuda de otra persona. Muchas veces piensan que pueden superarlo por su propia cuenta y, lamentablemente, hasta que llegan a un punto muy bajo, no deciden recurrir a un profesional. El primer paso es aceptarlo, asumir que necesitas ayuda.

En realidad, es algo normal. Es verdad que la salud mental ha sido un tema tabú durante mucho tiempo pero cada vez se le está dando más visibilidad. Sí es cierto que, para ir a un profesional, tienes que haber aceptado que tienes algo que trabajar. Si no se ha llegado a ese punto va a ser muy difícil trabajarlo porque no se está predispuesto a hacerlo.

¿Qué repercusiones puede tener no hablar del tema?

Puede afectar mucho a la persona. Las personas somos como esponjas, absorbemos mucho y, si absorbemos de más muchas emociones y no las exteriorizamos o no sacamos lo que tenemos dentro, vamos a llegar a estallar. Es muy importante hablarlo con otras personas. Por un lado, para sentirse comprendido y apoyado y, por otro lado, porque es terapéutico hablar con los demás. Nacemos en relación y sanamos en relación también.

COMPASS es un servicio de apoyo y asesoramiento a los alumnos para orientarles en su paso por la universidad

Ideas de suicidio

¿Está la posibilidad del suicidio entre una de esas repercusiones?

Sí. Cuando llevamos mucho tiempo tragando las emociones y los pensamientos, pueden aparecer síntomas depresivos y, entre ellos, también pueden aparecer ideas de suicidio. Esto es algo muy serio porque ya está afectando a su propia vida y puede traer consecuencias muy drásticas.

¿Cómo se puede priorizar la salud?

Son clave los hábitos saludables como el sueño, la alimentación y el deporte. Si no tenemos esos hábitos saludables, nuestra salud mental se va a deteriorar. Se debe intentar dormir el periodo de horas recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es entre seis y nueve horas, según la persona. Lo habitual es siete u ocho. También llevar unos hábitos de alimentación saludables, como puede ser la dieta mediterránea. Además, hacer ejercicio físico a lo largo de la semana ayuda a disminuir los niveles de estrés que pueden derivarse durante la etapa universitaria. También ayuda a regular el estado de ánimo y sintomatología de ansiedad o depresión.

¿Qué consejos le daría a los estudiantes para afrontar la etapa universitaria?

De nuevo, cuidar bien los hábitos saludables, es imprescindible. También organizarse bien para que la universidad no sea solo su prioridad. Deben tener en cuenta que hay vida más allá de la universidad. Se debe cuidar el descanso y el tiempo libre porque, muchas veces, el hecho de dedicar tiempo a “hobbies” va a ayudar a mantener un bienestar emocional.

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