Joaquín Artés: "El efecto electoral frente a la corrupción no es tan alto como uno pudiera suponer"
El investigador de la Universidad Complutense presenta su último trabajo al claustro de la Facultad de Económicas
El investigador de la Universidad Complutense Joaquín Artés ha presentado en un seminario para profesores de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra su trabajo Efectos de la denuncia de la corrupción en las finanzas locales. Con datos empíricos extraídos de los principales medios de comunicación de España, el experto constata que "el efecto electoral frente a la corrupción no es tan alto como uno pudiera suponer".
"No estudio el efecto de la corrupción en sí misma, sino qué pasa cuando descubrimos que un político está siendo corrupto, cuando se publica en la prensa", explica Artés. ¿Cómo reacciona la sociedad ante la corrupción? "Se supone que si la democracia funciona correctamente, deberíamos penalizar al político corrupto frente al que no lo es. Pero lo que nos muestran los datos es que no es así, que la penalización no es tan intensa como podría sugerir la situación. Alcaldes involucrados en casos de corrupción son reelegidos en sus puestos", relata.
Sin embargo, otros agentes, no los votantes, sí reaccionan: "Fundamentalmente son otros políticos. Los políticos de niveles superiores –de comunidades autónomas o nacionales- no quieren mezclarse con los políticos involucrados en casos de corrupción, por lo que mandan menos fondos a esos municipios. Las transferencias se reducen", detalla Artés.
"Otra reacción proviene de las empresas, que pueden frenar inversiones en zonas afectadas por corrupción", explica. Por lo demás, los datos no reflejan una radiografía de la corrupción extraña: "Hay más corrupción en los municipios costeros, más turísticos. La corrupción ligada en España está asociada la burbuja inmobiliaria. Típico esquema: un alcalde recalifica un terreno y permite a un empresario amigo suyo construir en una zona donde antes estaba prohibido".
Del inmovilismo a la abstenciónSobre los porqués del escaso efecto electoral de la corrupción, el experto trabaja con dos teorías complementarias: los votantes a veces se benefician de la corrupción, que en ocasiones genera más construcción, turismo, actividad económica, riqueza. Otro tipo de votante no penaliza al corrupto, sino a toda la clase política: disminuye la confianza en el sistema político y con ella la participación en las elecciones. Aumenta la abstención.
Artés ha constatado un aumento de los casos de corrupción en el periodo del estudio, de 2003 a 2010. Y también un aumento de la preocupación de los ciudadanos al respecto. Lo reflejan las encuestas del CIS. "Ahora bien, esto no significa necesariamente que haya más corrupción, sino que se detecta más. Se rebaja la impunidad", subraya.