"Queda mucho por descubrir de las composiciones para tapices de Rubens"
Ana García Sanz, conservadora de Patrimonio Nacional, imparte la tercera sesión del ciclo de conferencias del Museo del Prado
El Museo Universidad de Navarra ha acogido la tercera sesión del ciclo de conferencias Francisco Calvo Serraller que la Fundación Amigos del Museo del Prado organiza en Pamplona, en colaboración con la Facultad de Filosofía y Letras del centro académico. En una sesión titulada "Del lienzo al telar. Diseños de Rubens para tapices", la historiadora del Arte y conservadora de Patrimonio Nacional Ana García Sanz quiso "profundizar en esta faceta menos conocida del arte del pintor flamenco".
Según García Sanz, se sabe que Rubens diseñó tapices al menos en cuatro ocasiones. Se conservan trazas de "La historia del Cónsul Decio Mus" (1616-1618), "La historia de Constantino" (1622), "El triunfo de la Eucaristía" (1625) y "La muerte de Aquiles" (1630-1635). A través de estas obras, como señaló la experta, se nota la formación humanística del pintor, así como la influencia de la Contrarreforma y de los maestros renacentistas. En la actualidad, se conservan varias trazas de estas cuatro series.
El extenso número de obras firmadas por Rubens y relacionadas con los tapices "nos permite entender cómo se enfrentaba a estos proyectos, cuál era su método de trabajo", explicó la ponente. En una primera fase, Rubens realizaba unos pequeños bocetos, plasmando así su visión general del trabajo. Después, a partir de ellos, los ayudantes de su taller creaban modelos con una técnica más pictórica sobre tablas de roble. Las imágenes de los modelos eran copiadas en un lienzo de dimensiones iguales a las del futuro tapiz, llamado cartón. Los dibujos de los cartones eran los que reproducían los tejedores, "interpretándolos como una partitura".
Rubens corregía los trabajos de sus ayudantes y supervisaba todo el proceso de creación de los tapices. La conservadora recordó a los asistentes que aquello "suponía asumir que la última obra de lo que él estaba diseñando no iba a ser suya". Una vez que los diseños se materializaban en tapices y se entregaban al cliente, ¿qué ocurría con las obras preparatorias? Como aclaró García Sanz, las distintas "piezas del puzle" se dispersaron alrededor del mundo. La ponente relató que los modelos y cartones se repartieron entre la familia de Rubens y su taller, pero todos ellos los fueron vendiendo a lo largo de los siglos. Así, las creaciones acabaron en diversos museos o colecciones privadas. A diferencia de sus grandes pinturas, la obra para tapices de Rubens "se fue fraccionando".
En 2019, un coleccionista de La Haya descubrió un modelo del pintor flamenco. En este sentido, la ponente señaló que "todavía hay posibilidades de que aparezcan bocetos de Rubens". Mientras, en el Museo Liechtenstein, continúa la restauración de los cartones usados para "La historia del Cónsul Decio Mus".