Una alumna del MICS investiga sobre creencias, sentimientos y comportamientos del consumidor de moda sostenible
María Jesús Freire, MICS'19, propone conocer al consumidor de moda para cambiar el paradigma del fast fashion
FOTO: Natalia Rouzaut
“El consumidor de moda, en la actualidad, tiene conciencia ecológica, pero sus convicciones no se ven reflejadas en su comportamiento”. Así lo asegura María Jesús Freire, alumna de la III Promoción del Máster en Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad de Navarra, quien realiza su Trabajo de Fin de Máster sobre creencias, sentimientos y comportamientos del consumidor de moda sostenible.
Freire destaca que la industria de la moda genera el 20% de los vertidos tóxicos de los océanos, produce 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y el 58 % de las fibras textiles proceden del petróleo. “A estas consecuencias medio ambientales hay que sumar el coste humano derivado de las precarias condiciones en las que se trabajan en el proceso de producción de la fastfashion”, añade.
Explica que el consumidor no es ajeno a esta realidad a pesar de que, normalmente, no influya en la compra. Por ejemplo, expone que, en los últimos años han surgido movimientos activistas, se han creado medidas favorables a los trabajadores y hay muchos famosos implicados en la moda sostenible. Estas iniciativas tuvieron su auge tras conocerse que 1.138 personas fallecieron (la mayoría mujeres y niños) y 2.437 resultaron heridas tras el derrumbamiento de una fábrica en Bangladesh en 2013.
Sin embargo, ¿por qué se mantiene el consumo del llamado fast fashion cuando ha aumentado la conciencia ecológica? Entre otros motivos, Freire cita la oferta limitada, los precios altos, la estética de las prendas (que no suele coincidir con las tendencias del momento) o la fuerte presión por parte de la ‘fast fashion’, que ofrece prendas ‘a la última’, renovadas cada semana y a precios bajos.
Así, el consumidor “ve frustrado su deseo de ser sostenible”. La estudiante cree que conocer los comportamientos y sentimientos del consumidor podría ayudar a conocer el sector de la moda sostenible, “muy reciente en la academia y está actualmente en auge”. De este modo, se podría hacer un cambio de paradigma en beneficio del planeta.
Slow fashion: otra forma de consumir modaEn la actualidad, la industria de la moda fast fashion se basa en producir mucho y vender a precios bajos, generando beneficios por la cantidad de ventas. Este sistema genera un gran impacto medioambiental, no solo a la hora de producir, sino también por parte del consumidor ya que deshecha ropa fácilmente para seguir las tendencias o porque las prendas se estropean rápidamente.
“Consumimos moda, no interesa el producto, sino la tendencia y esta dura una temporada”, expone. ¿La solución? La estudiante apuesta por cambiar el sistema por el ‘slow fashion’: comprar menos prendas pero de mejor calidad y, por tanto, más duraderas y por las que se pueda pagar un poco más. De este modo, se producirá menos y se tirará menos ropa, reduciendo así el número de residuos.
Para realizar este trabajo, Freire ha revisado la bibliografía sobre el consumo sostenible, ha realizado un análisis de hábitos de consumidor con encuestas del CIS a 3.000 personas y ha hecho un estudio sobre el uso del término ‘moda ecológica’ en redes sociales.
Ha podido desarrollar esta investigación gracias a los conocimientos aprendidos en el Máster en Investigación en Ciencias Sociales. Considera que el máster le ha aportado “una metodología de investigación esencial” además de una orientación analítica y una precisión muy aplicables a muchos ámbitos profesionales más allá de la academia. “En el grado aprendes los contenidos pero el MICS te da una metodología esencial para llegar al conocimiento”.
Además de las herramientas de investigación, valora del MICS el profesorado “de gran categoría, académica y humana” y el acompañamiento personalizado en el propio itinerario de estudio personal, en su caso de Comunicación.