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Para Maite M. Aldaya, licenciada en Biología y doctora en Ecología por la Universidad de Navarra, "la huella hídrica ayuda a concienciar a la gente sobre el consumo de agua". Según esta experta ambiental (trabaja en la "Oficina de la Década del Agua" de la ONU en Zaragoza y la "Oficina de Consumo y Producción Sostenible de la División de Tecnología, Industria y Economía del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en París), "hoy en día hay suficiente agua para cubrir las necesidades de la población, pero hay estudios que predicen que en el año 2030 la demanda global de agua dulce podría superar al suministro en un 40%, si no se realizan cambios en la manera en que ésta se utiliza".

Este indicador,  que analiza el volumen total de agua dulce usado para producir los bienes y servicios generados por una empresa o consumidos por un individuo o comunidad y sus impactos, permite una mayor transparencia en la gobernanza de los recursos hídricos y una mayor eficiencia de su utilización. "Hasta ahora, -señala Aldaya-, la gestión de los recursos se realizaba desde un punto de vista local, pero estudios posteriores hacen ver que la gestión del agua tiene un componente de impacto global".

España, el primer país en adoptarla formalmente

El concepto de huella hídrica surgió hace 12 años y todavía sigue en evolución. Su invención surge de términos anteriores, como huella ecológica, huella de carbono (mide el impacto ambiental de las emisiones de gases invernadero) o agua virtual (la cantidad real de agua requerida para la fabricación de cualquier bien o producto agrícola o industrial).

Aldaya explicó que hoy en día existen centenares de organizaciones que han evaluado la huella del agua de sus productos, procesos, cuencas hidrográficas y países, o se han interesado por conocer e implantar la metodología necesaria para evaluarla. "En los últimos años, -destacó-, se han multiplicado los grupos de trabajo de huella hídrica en los países de habla hispana".

La investigadora indicó que España ha sido el primer país en el mundo en adoptar formalmente la huella hídrica para contabilizar el agua y para la elaboración de políticas de planificación. En septiembre de 2008, la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino aprobó una regulación que incluye el análisis de la huella hídrica como criterio técnico para el desarrollo de los planes de gestión de las cuencas hidrográficas que se deben redactar en el contexto de la Directiva Marco Europea del Agua.

Aldaya, invitada a dar esta conferencia por el Máster en Biodiversidad, Paisajes y Gestión Sostenible de la Facultad de Ciencias, también se refirió en la exposición a los distintos componentes de la huella hídrica, el estándar ISO14046 sobre huella hídrica y los retos futuros.