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Un impreso denunciado y requisado en San Sebastián, en 1829


FotoArchivo Diocesano de Pamplona/Detalle del impreso denunciado en San Sebastián en 1829.

Desde la ciudad de San Sebastián se denunció un impreso ilustrado de gran tamaño, ante el Tribunal Eclesiástico de la diócesis de Pamplona, a la que pertenecía junto a gran parte de Guipúzcoa. El análisis de su contenido fraudulento llevó a ordenar la recogida de todos los ejemplares que un peregrino extranjero llevaba para su venta.

La delación llegó a la capital navarra con una carta, rubricada por Alejandro de Burgué, alcalde de San Sebastián, fechada el 2 de marzo de 1829. En ella daba cuenta de la llegada a la ciudad de un hombre con traje de peregrino, acompañado de un mozo joven, ambos extranjeros, a los que se les prohibió la venta del impreso, tras la lectura y examen de su contenido. El alcalde comentó lo sucedido con los párrocos de San Sebastián y, tras escuchar sus opiniones, decomisó todas las estampas y ordenó al supuesto peregrino y a su acompañante salir de la ciudad y su jurisdicción.

La contestación desde Pamplona por parte del obispado no se hizo esperar y lleva fecha de 4 de marzo. En ella, se agradece el envío de la estampa denunciada en la que se apreciaba el “fin primario que el supuesto peregrino tenía en extenderlo, engañando a los inocentes y ultrajando, al propio tiempo, con sus sandeces y mentiras a nuestra santa religión”. Se alaba la actitud del alcalde y su prudencia, a la vez que se le agradece la conducta seguida. Por último, le pide que entregue todas las estampas incautadas al vicario de Santa María y arcipreste don José Bernardo Echagüe.


Carta de Alejandro Burgué, alcalde de San Sebastián, al obispo de Pamplona dando cuenta de la incautación del impreso, el 2 de marzo de 1829. Foto Archivo Diocesano de Pamplona

Pasemos a la descripción de la gran hoja impresa. Lleva pie de la supuesta imprenta romana de la “Estampería de la Santísima Trinidad de la Cofradía de los Peregrinos”, con toda probabilidad falsa ya que, como veremos, otros detalles del impreso nos llevan a pensar que se hizo en tierras hispanas. Una orla tipográfica bastante común en gozos del momento encierra unas imágenes en la parte superior y el texto de una oración en la inferior. En el centro encontramos el título, que reza así: “ESTA ES COPIA DE UNA CARTA HALLADA, CON ASOMBRO DEL PUEBLO, EL JUEVES SANTO DEL Año de 1828 / en la grande y Santísima Virgen de Nuestra Señora de LORETO, para la conservación de las cosas, ganados y bienes de la tierra”

Tras el texto de la carta en donde se insiste en santificar las fiestas, se avisa de algunas calamidades como temblores de tierra, de las que se podrían librar cuantos portasen con veneración el impreso. Asimismo, se advierte que “Todas las personas que tengan esta copia en sus casas, estarán libres del fuego del rayo, tempestades, truenos, temblores de tierra y enfermedades contagiosas sobre las personas y los ganados, los que no sepan leer dirán cinco padre nuestros y cinco ave marías durante cinco viernes a intención de las cinco llagas de N. S. J. C. como está señalado en esta carta. Toda mujer en cinta o embarazada que traiga copia de esta carta con devoción y parirá felizmente”. En definitiva, un verdadero talismán para mujeres embarazadas y para librarse de tantas desgracias como las de aquellos tiempos, en un contexto de inestabilidad política y de la vivencia de las consecuencias de tantas guerras que habían asolado España y Europa.

La carta o impreso la vendería el peregrino a cuatro cuartos, haciendo constar que estaba bendecida por el papa León XII.


Impreso ilustrado, objeto de la denuncia e incautación en San Sebastián, en 1829. Foto Archivo Diocesano de Pamplona

La parte ilustrada del impreso es, como hemos señalado, la superior. Preside el centro y a gran tamaño la figura de Santiago peregrino, en un grabado xilográfico. El santo viste atemporalmente con túnica y manto, junto a la esclavina con las conchas de peregrino. El sombrero de ala ancha también luce ostentosamente las vieiras. Como apóstol lleva el libro y cual romero porta el bordón y la calabaza. A sus lados, se encuentran estampados dos tacos realizados con la misma técnica de grabado en madera, aprovechados seguramente de los gozos a la Virgen del Pilar y la Sagrada Familia. Asimismo, encontramos sendos escudos del papa mencionado, uno claramente falso por figurar en él las armas de León XII -de azur, un águila explayada de oro y coronado de lo mismo- como obispo, algo que nunca ocurrió pues fue arzobispo y otro con la misma heráldica pero ya papal, con la tiara y las llaves. En el escudo episcopal, el número de borlas corresponde a las de obispo, mientras la cruz de doble travesaño es de patriarca o arzobispo. A esta incongruencia, hay que añadir que debajo de la xilografía de la Venida de la Virgen del Pilar, se ha colocado una cartela indicando erróneamente que se trata de la Virgen de Loreto, lo que da también idea del carácter engañoso del impreso.

El citado papa falleció el mismo año de los autos judiciales, en febrero de 1829. Había llegado al solio pontificio en 1823, tras ser designado arzobispo titular de Tiro en 1794 y cardenal con título de Santa María en Trastevere en 1816.

En esta ocasión se ha conservado, afortunadamente, junto al expediente, el impreso, algo que no ha ocurrido en otras ocasiones en casos semejantes o al prohibir la lectura de algunos libros, impresos e incluso juegos. Recordemos, por ejemplo, el edicto de la Inquisición de 1725 ordenando recoger un pliego de papel de marca mayor en el que “a imitación del juego de la oca, se representa otro de la Constitución Unigenitus expedida por Clemente XI …. Con proposiciones temerarias, escandalosas, irreverentes, erróneas, heréticas y gravemente injuriosas”. Con el edicto, no hemos encontrado el mapa o juego con sus notas impresas.

El pequeño expediente se conserva en el Archivo Diocesano de Pamplona (Caj. 430, núm.1).

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