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"Hay participantes de tertulias políticas en televisión que están ahí para causar conflictos, no por sus conocimientos ni por su nivel sociocultural"

Las tertulias políticas son un cruce entre el discurso ideológico y el mediático, afirmó en el ICS de la Universidad de Navarra una experta en lingüística

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FOTO: Macarena Izquierdo
08/10/15 10:44 Macarena Izquierdo

"Hay participantes de tertulias políticas en televisión que están ahí para causar conflicto, no por sus conocimientos ni por su nivel sociocultural". Así lo afirmó Marina González Sanz, miembro del departamento de Lengua Española, Lingüística y teoría de la Literatura de la Universidad de Sevilla, con motivo de un seminario que impartió en el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra. El XIV GRADUN Workshop, organizado por el proyecto ‘Discurso público', se tituló ‘El discurso mediático-ideológico. La tertulia política'.

La lingüista explicó que la creación de disputas y conflictos dentro de las tertulias políticas son parte de los mecanismos mediáticos que se emplean hoy en día en televisión para atraer al espectador.

¿Qué caracteriza al lenguaje que se emplea hoy en día en las tertulias políticas?

El uso del lenguaje que se hace en  las tertulias se  caracteriza sobre todo por tres constantes que obedecen al doble factor ideológico-mediático. Por un lado, están coloquializadas para aligerar un poco el tono político ya que a veces puede resultar difícil de entender para algunos espectadores u oyentes  de radio. También, esa coloquialización tiene una función ideológica porque algunos votantes, sobre todo de estratos socioculturales bajos, tienden a votar a los políticos que entienden mejor.

El segundo factor es el empleo de la descortesía verbal, es decir, de actos verbales que dañan la imagen de otra persona. Sobre todo son interrupciones, descalificaciones, insultos, y mostrar desacuerdo con la otra persona de manera tajante y muy intensificada. Se utiliza como mecanismo mediático,  hay una especie de morbo por ver la violencia y ver cómo la gente se pelea, y como  mecanismo ideológico: si descalifico al contrario, al final mi grupo saldrá fortalecido.

Por último,  el desarrollo de un discurso argumentativo: persuadir para que no cambien de canal y persuadir para que voten la opción ideológica que yo estoy defendiendo.

Describe el fin del discurso como ideológico y, a la vez, mediático, ¿qué significa ese doble fin?

El fin mediático significa que todo lo que yo haga está dirigido a aumentar los niveles de audiencia o mantenerlos. El fin ideológico está relacionado con la defensa de mi opción ideológica. Entonces en la tertulia cualquier fenómeno lingüístico se puede adscribir a uno, a otro o a ambos de estos factores.

¿Cómo influye ese fin ideológico?

Se puede hacer mediante mecanismos que todos conocemos y de los que somos conscientes, por ejemplo, con la defensa de los argumentos del propio partido. El problema es que hay otros mecanismos que son más potentes  pero  más difíciles de localizar. Sería, por ejemplo, el uso del eufemismo para intentar evitar mencionar cosas que no vienen bien para mi partido político, el discurso ambiguo, las metáforas… Se trata de un "yo te convenzo pero no te estás dando cuenta de que te estoy convenciendo".

Y en cuanto al tratamiento mediático, ¿cree que es adecuado el tono y el lenguaje empleado actualmente en las tertulias políticas?

Depende desde qué parámetros se mire. En parámetros de efectividad,  está claro que son adecuados porque, hoy en día,  la tertulia política es de los programas que tiene mayores índices de audiencia en su franja horaria. Sin embargo, desde el punto de vista lingüístico no son prácticas discursivas adecuadas. Incluso pueden llegar a ser peligrosas si pensamos que la mayoría de los receptores son personas que están formando su práctica discursiva y pueden tomar ejemplos que al final no son correctos.

Entonces, ¿el uso que se hace del lenguaje en las tertulias políticas puede afectar a la manera en la que uno se expresa en su día a día?

Por supuesto. La persona va  desarrollando sus prácticas discursivas a partir de los discursos que recibe en todos los contextos y, en ese sentido, el contexto mediático es muy importante porque se pasa mucho tiempo con la televisión y la radio. Entonces, si está aprendiendo a comunicar y ve todos los días en la televisión como la gente se insulta, se grita o se interrumpe, acaba viendo está práctica como algo normal y la imita.

¿Por qué  las tertulias políticas han evolucionado hacia la vertiente de la descortesía verbal?

Parece que es una copia de las tertulias de crónica social. Los procesos de coloquialización se llevan viendo desde hace años en programas tipo ‘Sálvame'.  El hecho de que la gente se grite y se insulte hablando  de cotilleos y de temas de corazón, nos guste o no, crea muchísima audiencia.  La tertulia política está imitando esos patrones para conseguir el mismo éxito de audiencia.

Otro problema es que muchas de las tertulias están dentro de programas más amplios, tipo magazine, por lo que las características que definen al resto del programa, se acaban aplicando también a sus tertulias políticas.

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