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"Lánzate al extranjero, equivócate y vuelve a empezar"

El catedrático Miguel Ángel Martínez González reflexiona sobre la dieta, la investigación y la vocación de los futuros profesionales

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07/04/17 14:24 Revista Salus

Inconformismo. Sin pan. Y de postre fruta, mejor mandarinas. Entre horas, café sin azúcar y sin miedo (no; no es hipertensivo), y la calidad, ilusión y el trabajo constante de todo su equipo. Ese es el secreto que le ha llevado a Miguel Ángel Martínez González, doctor en medicina y epidemiólogo, profesor y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Navarra y catedrático del departamento de nutrición de la universidad de Harvard, a ser uno de los epidemiólogos más reconocidos del mundo

Conocemos los proyectos del Dr Martínez González, pero, ¿quién es Miguel Ángel?
Llevo la medicina en la sangre. Con seis años contaba neutrófilos en los hemogramas con mi padre, que era médico endocrino (sonrisa de medio lado). A los doce ayudaba en las “campañas de detección de diabetes ignorada” en los pueblos de Málaga y organizando campamentos de verano para niños diabéticos. La vocación docente la desarrollé durante la carrera. Me impliqué mucho en mi colegio mayor, aprendí a esquiar, jugué al fútbol y cantaba en un coro (risa, se encoge de hombros; hay que hacer de todo). Daba clases de bioquímica, estadística y cursos de electrocardiogramas.  

¿Cómo llega un estudiante de medicina a ser uno de los epidemiólogos más reconocidos internacionalmente? ¿Trabajo, suerte, o inteligencia?
Con total sinceridad: ayuda de Dios. Después de la carrera, me dediqué un año a voluntariado, y la tarde de antes del MIR acabé leyendo en dos horas las preguntas del año anterior. Al día siguiente, me pasé a saludar a mis compañeros, y terminé haciendo el examen. Lo recuerdo con claridad: 25000 candidatos, 2000 plazas (una pausa, brillo en los ojos y remarcado acento andaluz). Eso fue suficiente para empezar la residencia de Cardiología en Granada (…) Luego llegó el Dr. Ramón Gálvez y la tesis en Preventiva: ¿Estados Unidos o España? Con el riesgo de acabar haciendo turismo y que no se reconociera el título, me quedé aquí. Y así empezó todo.

Como investigador, ¿España y EEUU sería como comparar Excel y STATA? ¿qué nos falta: actitud, dinero o jóvenes investigadores?
Es un milagro que España esté entre los diez países del mundo que más investigue, cuando el PIB que invierte es ridículo y los sueldos muy bajos. Es un milagro que cada vez estemos más arriba, a costa de trabajar los domingos y por las noches gracias a las ganas y a la vocación. El problema es que la estructura laboral y del ministerio de Hacienda es rígida y tozuda, propia de oligofrénicos. Si yo contrato una enfermera, a los tres años me obligan a despedirla. Aumento el paro, y tengo que volver a empezar de cero con otra persona. Eso no hace atractivo la investigación para nadie (...) A nuestro grupo nos salva la fórmula “multiple PI”, con la que realizamos proyectos conjuntos con Harvard y accedemos becas del NIH flexibles.

Conocemos sus estudios y la dieta mediterránea…Pero imagínese un domingo tranquilo, después de una semana larga y ajetreada. Un camarero le pregunta:¿Qué desea para comer?
Dieta mediterránea, claramente (que más que “lo que es”, es lo que “no es”). Actualmente, la principal causa de muerte es accidentes cardiovasculares, y seguimos consumiendo tabaco y bebidas azucaradas. La industria es complicada, mueve dinero, ya conocéis la historia de la lucha contra las tabacaleras. Y en los años 50, las azucareras invirtieron una cantidad increíble de dinero en una “vacuna” para las caries dentales. Ahora sabemos que simplemente hay que consumir menos azúcar. Como futuros profesionales de la salud: aún queda mucho que luchar.

¿Qué le recomendaría a su “yo” de 20 años?
Inglés. Lánzate al extranjero. Equivócate. Vuelve a empezar. Para vosotros, a los que os guste la investigación, os recomendaría inglés, estadística, y EEUU, por ese orden y cuando antes. Sin duda. Para futuros médicos investigadores, por lo menos tras la residencia en España, un par de años para establecer contactos con “el paraíso de la investigación” son indispensables.

 

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