Llegó a Londres en 1996. Acababa de licenciarse en Medicina por la Universidad de Navarra. Tenía un plan. Estudiaría inglés durante un año y luego regresaría a España para hacer un Máster de Administración de Empresas. Todavía sigue allí. Trabajó en la rotación del St George's Hospital, donde comenzó su especialización en psiquiatría. Actualmente, ejerce en el sector privado combinando la práctica de la especialidad con el desarrollo de un negocio.

Después de cuatro años, va a retomar el guión original. La Fundación La Caixa le ha concedido una beca para estudiar un MBA (Master of Business Administration) en Estados Unidos. El curso de postgrado le abre a una serie de horizontes profesionales -el ámbito de la empresa sanitaria- a los que sin algo así sería difícil tener acceso.

Fernando Terrón, el tercer graduado de la Universidad de Navarra que consigue la beca de la Fundación La Caixa para estudiar un MBA, reconoce que la carrera es una gran base, pero sólo el principio: "A largo plazo, lo importante es que uno adquiera lo que los ingleses denominan skills, habilidades gracias a las que serás capaz de adaptar tu carrera profesional a las nuevas demandas".

La concesión de la beca se condiciona a la entrada en una universidad americana. "Lo mejor es tener tus opciones abiertas para, al menos, siete u ocho centros, ya que la proporción de solicitantes/admitidos en las diez primeras escuelas de negocio americanas es de 10/1 de media", advierte.

Ahogarse entre papeles

Hasta llegar a la puerta de la escuela estadounidense, ha atravesado un océano de documentos: certificados de título y notas, cartas de recomendación, impresos de solicitud, actas de trabajo, explicaciones del proyecto, currículos... Todo en español y en inglés. Fernando Terrón ha comprobado que este proceso, sin algo de orientación, es todavía mucho más duro.

Son muchas las cuestiones que buscan respuesta: ¿qué quieres hacer?, ¿es coherente con tu objetivo profesional? "Es una fase de introspección básica. Debes tenerlo todo claro antes de embarcarte en una aventura como ésta por lo que supone en cuanto a inversión económica y de tiempo", comenta.

Ahora se encuentra en la recta final. Hacia mediados de abril sabrá en qué universidad ha entrado. La adrenalina fluye, "aunque no como en el momento previo a un examen de Patología General. ¿Mientras tanto? Haré lo que dicen por aquí: keep my fingers crossed (cruzar los dedos)".