Fray Francisco Coello de Portugal habló sobre su obra en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra. El religioso lleva cerca de medio siglo ejerciendo como arquitecto y sacerdote dominico. "Soy más dominico que arquitecto porque así me lo propuse. Hice mi primer proyecto en el noviciado y creí que se quedaría en eso, pero mis superiores empezaron a encargarme tantas obras que se me hacía difícil compaginarlo con la predicación", relató.

La mayor parte de su obra comprende la construcción de templos, conventos y diversos edificios para la Iglesia Católica. En su opinión, "sea clásica o no, la funcionalidad de estos edificios debe respetarse. Hay que dar una gran importancia al altar y al sagrario".

Obras en Pamplona y Villava

En su estilo predomina la línea recta, la amplitud de espacios, la sobriedad decorativa y la luminosidad. Entre los materiales utilizados destaca el uso del hormigón, que en algunas de sus obras contrasta de manera radical con el entorno natural de los edificios. Por esta razón, los críticos han calificado algunas de sus obras como "arquitectura brutalista". Es el caso del colegio de Vista Bella (Tenerife).

Fray Francisco Coello de Portugal nació en Jerez (1926) y terminó sus estudios de Arquitectura en Madrid (1953). El año siguiente ingresó en la Orden de Predicadores, denominación propia de la orden dominica. Una vez terminado el noviciado (1955), sus superiores le encargaron la realización de un santuario dedicado a la Virgen del Camino (León), su "obra más querida". Esta iglesia es considerada una de las obras más representativas de la arquitectura religiosa moderna en España.

Ha trabajado en países como Inglaterra, Venezuela, Puerto Rico, Angola, Camerún, Sudáfrica, Corea y Taiwán. Algunos expertos creen que es posiblemente uno de los arquitectos españoles cuya obra está más dispersa. En Pamplona realizó la residencia de las Dominicas Misioneras, en Barañáin, y la residencia y el colegio de las Dominicas, en Villava.