El miércoles 29 de septiembre en el aula 30 del Edificio Central, rebosante de alumnos, doctorandos y profesores, tuvo lugar el primero de los seminarios del Departamento de Filosofía. El profesor Ricardo Piñero, catedrático de Estética y Teoría de las Artes, inauguró esta edición con una hermosa ponencia titulada “Vivir en Belleza”.

Al iniciar la sesión, frente a los presentes, se exhibía una imagen del libro del mismo título que el profesor Piñero ha publicado este año. Una imagen en blanco y negro, unos ajos y fuera de enfoque, la sonrisa de una mujer. “La verdadera historia de este texto es que era un regalo para mi esposa —comentó—; este año hacemos 25 años de matrimonio”.

Durante la charla, el catedrático expresó su preocupación por «el desmembramiento del arte»: muchos creen que, para hacer arte, pueden prescindir de la belleza. Esta desintegración trascendental es muy relevante, no solo para aquellos que se dedican a la estética, sino también para cualquier persona.

Entre retazos de su infancia y de su vida matrimonial, el profesor Piñero guió a la audiencia por las Eternidades de Juan Ramón Jiménez, los viajes de Marco Polo —“a la búsqueda del nombre de la belleza salieron muchas expediciones”—, los textos de Pseudo-Dionisio Areopagita, el Pantocrátor de Taüll, la anunciación de Fray Angélico y la de En Joong Kim. Piñero sostuvo que la belleza, por ser un trascendental y por tanto un teónimo, es “[...] la clave de bóveda de una forma de habitar en la tierra.”

La última pregunta, planteada por un alumno, versaba precisamente sobre cómo habitar de esa forma: ¿cómo podemos vivir en belleza?  “Es sencillísimo —responde con una sonrisa—: para y mira”.