Puente la Reina: la influencia de la tauromaquia

La fiesta de los toros resultó decisiva a la hora de la configuración de la sede del Ayuntamiento de Puente la Reina, ya que en la localidad existía una extraordinaria afición a correr los toros en sus diversas celebraciones, destacando sobremanera las patronales de Santiago.

En 1727 se levantó la llamada “Casa de los cubiertos”, que cerró uno de los lados largos de la actual plaza de Julián Mena. Además de acoger las dependencias municipales y los calabozos, incorporó también viviendas y siete botigas, con todos sus adherentes, en el registro inferior del edificio, que hicieron las veces de mercado.

Las obras, bajo la supervisión del cantero tafallés Juan de Urrizola, contaron con la colaboración del cantero Juan Martín de Garro, el carpintero Martín Egúzquiza y el albañil Juan Manuel Sánchez.

Es un edificio de marcado despliegue horizontal que desarrolla cuatro niveles en altura, el inferior de sillería y los restantes de ladrillo; en el primero, correspondiente a las actividades comerciales, se abre un pórtico formado por trece arcos de medio punto sobre robustos pilares; en el segundo y tercero se disponen sendos balcones corridos que servían como tribuna para presenciar los espectáculos que se realizaban en la plaza. El primero de ellos descansa sobre una hilera de canales lisos, en los que se alinean huecos adintelados a eje con los arcos del atrio. El ático, también en ladrillo, ofrece balcones rasgados sin vuelo sobre los que se levanta un alero doble de madera muy saliente.