Juan José Irigoyen Iparrea, , Profesor e investigador del Grupo de Estrés en Plantas del Departamento de Biología Ambiental de la Universidad de Navarra
¿Cómo responden las plantas ante el cambio climático?
La acción del hombre en el ambiente está siendo especialmente intensa estos últimos años debido al uso de combustibles fósiles -como el carbón y el petróleo- y al cambio en el uso de la tierra, ligado a la deforestación para crear nuevas tierras de cultivos o para las explotaciones mineras.
Todo ello ha provocado una alteración en la composición de la atmósfera, que afecta de manera especial a diversos gases con efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y los óxidos de nitrógeno (NOx), que estimulan el efecto invernadero de la atmósfera, lo que provoca un calentamiento de la superficie terrestre.
El panel intergubernamental para el cambio climático (IPCC), que se reúne a partir de hoy en París, prevé que para finales de siglo, o incluso antes, la concentración de CO2 en el Planeta aumentará hasta 700 ppm, casi el doble de la concentración actual (400 ppm). Al mismo tiempo, la temperatura podría subir una media de 4 a 6ºC, lo que afectaría a la vida y, de manera especial, a las plantas: a los cultivos y a la vegetación natural.
Conocer el efecto que tendrá el cambio climático en la vegetación del Planeta y en los cultivos es un reto de gran importancia para la sociedad. Nuestro grupo de estrés en plantas, del Departamento de Biología Ambiental, lleva trabajando desde hace 20 años en los efectos del cambio climático sobre algunas plantas. Para ello hemos recurrido a instalaciones específicas, como los invernaderos cámara, donde se puede simular el aumento de temperatura o el aumento de la concentración de CO2 de forma individual o conjunta, y conocer cómo alterará el crecimiento de la planta cultivada.
En la actualidad trabajamos con plantas de vid, en las cuales hemos observado ya que el aumento de temperatura acelera la maduración desequilibrada de la uva, lo que lleva a producir vinos de calidad inferior. Nuestros estudios confirman, al igual que otros análisis realizados en numerosas zonas vitivinícolas del mundo, que la maduración de la vid se acelera debido al aumento en 4º en la temperatura, y que las uvas que maduran de manera acelerada tienen una calidad inferior a la observada en temperaturas más moderadas.
Las uvas con maduración acelerada tienen una concentración adecuada de azúcares, pero el color, que es otro de los aspectos a tener en cuenta en la maduración de las uvas, es deficiente o incompleto, y en consecuencia el vino que se elabora es de calidad inferior.
El objetivo de estos estudios es conocer el proceso de la maduración acelerada de la vid para experimentar con posibles soluciones que mitiguen el efecto negativo del cambio climático. Por ejemplo, mediante la utilización de variedades de vid de ciclos de crecimiento más largos.