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Fernando Echarri, Doctor en Educación Ambiental, Universidad de Navarra

El valor de un mundo diverso

mar, 22 may 2012 14:21:59 +0000 Publicado en Diario de Noticias (Navarra)

Hoy, día 22, se celebra el Día Mundial de la Diversidad Biológica con el objetivo de recordar que la biodiversidad es un valor de la humanidad que debemos respetar. La conservación de la multitud de especies que cohabitan con nosotros es una responsabilidad para todos. El hombre en numerosas ocasiones parece olvidar este deber causando abundantes peligros que acechan a nuestra biodiversidad. Entre ellos podríamos citar la modificación o desaparición de los espacios donde habitan, la introducción y propagación de especies exóticas invasoras, la sobreexplotación de recursos naturales y la contaminación. La magnitud de estos problemas ambientales en ocasiones excede nuestra escala de intervención y puede hacernos caer en posturas catastrofistas o derrotistas que nos desmotivan o que pueden llevarnos a pensar: ¿qué puedo hacer yo frente a la dimensión de estos problemas ambientales? Esta postura de tirar la toalla seguramente no es conveniente ni la más adecuada. A través de nuestras acciones individuales podemos hacer mucho más de lo que pensamos. Si somos capaces de saber qué tenemos que hacer, si remamos todos en la misma dirección, podemos conseguir grandes cambios y mejoras.

La conservación de la biodiversidad implica, por supuesto, la conservación de las especies que la conforman, pero también la conservación de los espacios donde habitan. No es posible conservar el urogallo, el quebrantahuesos o el oso si no existe un territorio adecuado, no degradado, donde puedan habitar. No es posible conservar estas especies si no existen las especies vegetales o animales de las que se alimentan o las que les ofrecen cobijo, es decir, las que intervienen directamente en su ecología. Por eso podemos decir que la gestión de las especies implica también la de los espacios a los que pertenecen. En esta gestión también podemos intervenir cada uno de nosotros, a través de nuestros comportamientos, de nuestras acciones diarias. Cada uno puede hacerse corresponsable para ayudar a no contaminar tanto, a no degradar el medio, a no introducir especies no autóctonas, a no utilizar más recursos que los realmente necesarios.

En definitiva, una de las claves para la solución a la pérdida de biodiversidad, formulada en forma de valor, es el respeto que tengamos cada uno de nosotros con nuestro entorno, con lo que en definitiva es nuestra casa. Hablar de respeto en ocasiones es complicado, aunque su ventaja es que es un valor intuitivo, empático, que identificamos bien porque a nosotros nos gusta que nos respeten. De forma simple se podría decir que se refiere a la consideración al otro, lo que incluye la consideración a su derecho al medio ambiente limpio, bien conservado. El respeto a la biodiversidad debe tener en cuenta la dimensión espacial y temporal, ya que nuestras acciones locales pueden tener una repercusión ambiental en otras zonas geográficas y pueden tener una repercusión ambiental que permanezca en el tiempo, afectando a las generaciones futuras. Como es lógico, nuestros comportamientos van a depender de nuestros valores, transmitidos en nuestra educación. Por eso la educación en valores, fundamentalmente en el respeto, es, como en muchos otros temas, una de las claves en la conservación de la biodiversidad.

Actualmente vivimos en lo que se denomina un mundo de colores, en el que la interculturalidad es una realidad que se impone en nuestra sociedad y para la que muchos de nosotros posiblemente no estamos suficientemente preparados. Nos cuesta abrir la mente a otras formas de pensar, a otras culturas, a esta otra forma de biodiversidad. María Novo, profesora de la UNED, desarrolla más esta idea y cree que difícilmente podemos trabajar en la conservación de la biodiversidad del medio ambiente si no somos capaces de comprender y respetar la biodiversidad que existe en nuestro entorno social, por ejemplo, la existente en el aula.

En el caso de Navarra podríamos decir que nuestra tierra posee una elevada biodiversidad, debida, entre otras causas, a la diversidad de espacios que presenta: diferentes climas y microclimas, sustratos geológicos, suelos, relieves, etcétera. Son muchas las personas, instituciones y asociaciones que trabajan en la conservación de este valioso patrimonio. Pero ahondando en el concepto de corresponsabilidad, no podemos olvidar que nosotros también podemos favorecer su conservación. En esa tarea, nuestras estrategias deben utilizar varias claves como el respeto, que implica también la solidaridad, tanto intra como intergeneracional. Deben considerar el nivel local y el nivel global, el medio natural y el medio social, indisolublemente unidos y, sobre todo, deben pasar por el yo, el nosotros, el aquí y el ahora.