Juncal Cuñado, Profesora de la Facultad Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Navarra
Crecimiento y deuda pública
De acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, la economía española ha sufrido una caída intertrimestral de un 0,1% en el cuarto trimestre de 2009, lo que supone una caída anual del 3,6%. A pesar de que los datos muestran que España no ha salido todavía de la recesión, y aún más, que es el único país del G-20 que no lo ha hecho, estos datos se han tomado con cierto optimismo por parte del Gobierno, desde donde han señalando que la economía española está a punto de salir de la recesión, y al mismo tiempo, han descartado una posible recaída.
Parecen quedar en el olvido las graves turbulencias vividas por nuestra economía durante la semana pasada, que recordemos, supusieron una caída del 7,7% del Ibex y un aumento del diferencial entre el bono español y alemán, que se situó por encima de los 100 puntos. El plan de ayuda a Grecia por parte de la UE ha devuelto la calma, al menos momentáneamente, y a la espera de los detalles de las medidas que se adopten, a los mercados financieros. Sin embargo, no hay que olvidar que detrás de esta desconfianza de los mercados se encuentran, entre otros factores, las elevadas cifras del déficit fiscal y deuda pública alcanzadas por las economías, cifras que se han disparado con la crisis. Así, los planes de estímulo fiscal que se han llevado a cabo tras la crisis explican cómo nuestra economía ha pasado de un superávit público del 2,3% del PIB en 2007 a un déficit del 9,8% en 2010. Además, de acuerdo con el Plan de Estabilidad Presupuestaria
2010-2013, la deuda pública alcanzará en 2012 un nivel del 74,3% (desde un nivel del 36, 2% en 2007).
Estas cifras no son exclusivas de nuestra economía, sino que se trata de un fenómeno generalizado, que está afectando en mayor medida a las economías desarrolladas que a las emergentes. Así, de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional, el porcentaje de deuda sobre el PIB medio de los países del G-20 llegará al 86% en 2014 (y al 120% la de los países más desarrollados del G-20).
¿Por qué son tan importantes estos niveles de endeudamiento? ¿Qué hemos aprendido de crisis pasadas? En un artículo reciente titulado "Growth in a Time of Debt"y publicado como documento de trabajo en el National Bureau of Economic Research (número 15639, enero 2010), Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff analizan la relación entre el crecimiento económico y la deuda pública a partir de la información correspondiente a 44 países a lo largo del período 1850-2009, y encuentran una relación significativa entre niveles de deuda pública y crecimiento económico. Estos autores demuestran que países que se enfrentan con unos niveles de deuda pública por encima del 90% del PIB crecen, de media, durante los dos o tres años siguientes, a una tasa de hasta dos puntos porcentuales menor que los países cuyo nivel de deuda está por debajo del 30%.
Riesgo de recaída
Las tasas de crecimiento del PIB y el porcentaje de deuda pública sobre el PIB (que mide la sostenibilidad de las finanzas públicas) son dos variables que están en el punto de mira de cualquier economía, y más en un momento de crisis como en el que nos encontramos. La relación entre ellas puede ser bidireccional. Por un lado, tasas de crecimiento del PIB negativas llevan a aumentos significativos del déficit público y deuda pública, por lo que el que la deuda de una economía en crisis aumente no debería ser inquietante. Por otro lado, sin embargo, hay que tener cuidado con el nivel de la deuda, ya que niveles altos de deuda pueden llevar a menores tasas de crecimiento del
PIB a medio plazo. Es decir, elevados niveles de deuda pública podrían ser la causa de una más lenta recuperación, o incluso, recaída de nuestra economía. Así que, cuidado, porque el riesgo de recaída todavía existe. No hace falta llegar a niveles de deuda pública "insostenibles" como los de Grecia, para que la recuperación de la economía española se retrase en el tiempo.