Javier Díez, CIMA y Clínica Universidad de Navarra, Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) y Centro de Investigación Biomédica en Red Cardiovascular (CIBERCV)
Semana de concienciación sobre la insuficiencia cardiaca
Esta semana se dedica a nivel mundial a la concienciación sobre la insuficiencia cardiaca (IC). Desde Navarra queremos aportar nuestro grano de arena, informando sobre la relevancia de esta patología y sobre todo dando a conocer lo necesaria que es la investigación al respecto.
La IC es un cuadro clínico caracterizado por el fallo del corazón para suministrarle al resto del organismo la cantidad de sangre necesaria para el normal funcionamiento de todos sus órganos. Como consecuencia de ello, los pacientes con IC presentan, entre otros síntomas, sensación de dificultad para respirar (disnea), cansancio (astenia) e hinchazón en los tobillos y las piernas (edemas). A medida que la IC progresa, el riesgo de que se requieran ingresos hospitalarios urgentes aumenta y la calidad de vida de los pacientes se deteriora considerablemente.
En España más del 3% de la población adulta presenta IC, pero esta cifra aumentará en los próximos años debido al envejecimiento de la población y al incremento de la prevalencia de las enfermedades que dan lugar a IC, como por ejemplo la enfermedad renal crónica. La IC es la cuarta causa de muerte en las mujeres y la sexta en los hombres en nuestro país, pese a los tratamientos hoy en día disponibles. La IC consume enormes recursos de nuestro sistema sanitario: es la primera causa de hospitalización de mayores de 65 años, da lugar al 3% de todos los ingresos hospitalarios y supone el 2,5% del coste global dedicado a sanidad en España.
Un reto para la sociedad
Estos datos indican que la IC constituye un auténtico reto para nuestra sociedad. Ante este reto, tres son las acciones que emprender. En primer lugar, optimizar los recursos sanitarios existentes para disminuir la incidencia de la IC, y para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes con IC. En segundo lugar, investigar los mecanismos que producen el fallo del corazón, para desarrollar nuevos tratamientos más eficaces y seguros. En tercer lugar, sensibilizar a la sociedad sobre la magnitud del problema y que participe en la búsqueda de las soluciones.
La disminución de la incidencia de la IC pasa por la prevención de las enfermedades cardiovasculares controlando los factores de riesgo. Si bien en las últimas décadas se han logrado avances notables en el control de la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y el tabaquismo, aún es mucho lo que queda por hacer para el control de la obesidad y la diabetes, que se asocian de manera creciente con la IC. Así mismo, el desarrollo de unidades de IC mediante la colaboración de la cardiología y la atención primaria para sistematizar el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento clínico de los pacientes con IC ha supuesto un gran avance en la mejora asistencial de la IC. Estudios realizados en nuestro país muestran que los pacientes que son atendidos en dichas unidades presentan un menor número de visitas al servicio de urgencias y un menor número de reingresos, un mayor cumplimiento terapéutico e incluso un aumento de la supervivencia. En estos datos tan positivos hay que contar con la aportación de los programas de educación de los pacientes con IC, que persiguen formar al paciente para la “autogestión” de su enfermedad en su día a día.
Investigación en beneficio del paciente
La investigación de la IC tiene actualmente un foco de interés prioritario: diferenciar con precisión a los pacientes con IC a partir del análisis de múltiples aspectos relacionados con su enfermedad, pero también con su biografía médica y su modo de vida. Su fin es establecer tratamientos personalizados que sean más eficaces y seguros para los propios pacientes, a la par que más sostenibles para el sistema sanitario. En este sentido, en el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (idiSNA) se ha creado un consorcio que incluye a profesionales de la Clínica Universidad de Navarra, el Complejo Hospitalario de Navarra, el Centro de Investigación Médica Aplicada y la Universidad de Navarra, dirigido a la caracterización genómica de los pacientes con IC que además presentan enfermedad renal crónica.
La mortalidad de la IC a los 5 años del diagnóstico es tan elevada como en la mayoría de los tipos de cáncer, y la presencia de IC incrementa significativamente el riesgo de padecer demencia y enfermedad de Alzheimer en las personas de edad avanzada. Es crucial que la sociedad en su conjunto asuma la relevancia sanitaria, social y económica de la IC, como ha asumido la del cáncer o de las enfermedades neurodegenerativas.